Se enfría la economía en la Unión Europea
El perfil de los productos brutos internos es crítico. En Alemania, la mayor economía, cedió 6,9% en enero-marzo. Siguen Italia (-5,9%), Gran Bretaña (-4,1%), Francia (-3,2%) y España (2,9%). En el fondo, Estonia (-15,6%) y Letonia (-18,6%).
Perfiles semejantes en materia de PBI no se veían desde los años 80. Pero hay una diferencia inquietante: ahora pesa un grupo de “subdesarrollados absorbidos de golpe y sin beneficio de inventario en 2005/7. La misma mentalidad que explica la resistencia a incorporar Turquía (70 millones de habitantes) ha llevado a reclutar economías como las bálticas, Rumania, Bulgaria, Eslovaquia o dos tercios de Chipre (que debieran estar dentro de Grecia). <br />
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Para no hablar de un microestado insular, Malta. Por supuesto, Polonia (40 millones), Hungría y la República Checa son más viables, pero tienen límites. <br />
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Mientras el Benelux, Suecia y Dinamarca capean la tormenta, Irlanda sigue vacilante tras su propia crisis hipotecaria. Tres economías fuera de la UE muestran rasgos contrastantes. Noruega se defiende gracias al estado de bienestar –que Suecia abandonó en aras del mercado-, Islandia recién emerge del colapso bancario (que arrastró a Gran Bretaña) y Suiza es una economía chica, fuera de la UE y hasta de la ONU, cuyo fuerte (la banca) no la pasa bien. <br />
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Cada vez más observadores, dentro o fuera de la UE, temen que el traqueteado proyecto constitucional (o sea, la unidad paulatina) se acabe diluyendo. En buena medida, porque la crisis sistémica iniciada en Estados Unidos le quita relevancia al debate político. Basta recordar que, en la última cumbre (abril), el Grupo de los 20 casi no mencionó el tema. <br />
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Tampoco pertenecer a la Eurozona (dieciséis adherentes a la moneda común) luce tanto como otrora. Incorporarle los nuevos socios de la UE podría ser otro error. Por otra parte, Ucrania, Bielorrusia y Moldavia –hasta no hace mucho interesadas en la UE- parecen inclinarse por mejorar relaciones con Rusia. <br />
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Las nuevas cifras atinentes a los PBI de la UE alejan al euro de un papel como divisa rival del dólar, pues ni siquiera se presta atención al PB regional. Por eso las discusiones técnicas se limitan hoy a los derechos especiales de giro (DEG, Fondo Monetario Internacional) o al yuan chino. <br />
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