Se desploman las ventas minoristas en Estados Unidos

El comercio al detalle sufrió la peor caída mensual en por lo menos cinco años y ello confirma el enfriamiento de la economía real. La noticia atemperó la euforia en Wall Street. Varios analistas creen que el superpaquete del martes no alcanza.

13 marzo, 2008

El derrumbe de ventas eleva posibilidades de recesión este mismo año, pues es síntoma de una demanda real débil. En febrero, pues, el sector minorista –excluyendo automotores- cedió 1,1%, contra un alza de 0,2% en enero, señala MasterCard Advisors, subsidiario del grupo homónimo.

“Sin duda, es el retroceso mensual más pronunciado desde que llevamos estadísticas”, afirma la empresa. El problema es que esto es una señal de que el gasto del público (67% del producto bruto interno) empieza a vacilar ante la interminable crisis hipotecaria –el paquete lanzado por la Reserva Federas es un paliativo-,el desempleo y el incremento de precios en alimentos y combustiles.

Por cierto, el viernes el gobierno informaba que, en febrero, la demanda de trabajo había cedido por segundo mes consecutivo. El dato sorprendió a los gurúes, no a los economistas serios, y acentuó temores temores de que EE.UU. estuviese acercándose a una recesión lisa y llana.

El primer bimestre, entonces, el público fue reduciendo gastos en todo tipo de rubros. Aun segmentos tan demandados tradicionalmente, como naftas, alimentos procesados y electrónica de uso final, comienza a perder pie. Los mismo sucede, en las últimas semanas, con celulares de avanzada.

El derrumbe de ventas eleva posibilidades de recesión este mismo año, pues es síntoma de una demanda real débil. En febrero, pues, el sector minorista –excluyendo automotores- cedió 1,1%, contra un alza de 0,2% en enero, señala MasterCard Advisors, subsidiario del grupo homónimo.

“Sin duda, es el retroceso mensual más pronunciado desde que llevamos estadísticas”, afirma la empresa. El problema es que esto es una señal de que el gasto del público (67% del producto bruto interno) empieza a vacilar ante la interminable crisis hipotecaria –el paquete lanzado por la Reserva Federas es un paliativo-,el desempleo y el incremento de precios en alimentos y combustiles.

Por cierto, el viernes el gobierno informaba que, en febrero, la demanda de trabajo había cedido por segundo mes consecutivo. El dato sorprendió a los gurúes, no a los economistas serios, y acentuó temores temores de que EE.UU. estuviese acercándose a una recesión lisa y llana.

El primer bimestre, entonces, el público fue reduciendo gastos en todo tipo de rubros. Aun segmentos tan demandados tradicionalmente, como naftas, alimentos procesados y electrónica de uso final, comienza a perder pie. Los mismo sucede, en las últimas semanas, con celulares de avanzada.

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