Las grandes plataformas de redes sociales propiedad de Facebook experimentaron el 4 de octubre una prolongada suspensión del servicio dejando a cientos de miles de usuarios imposibilitados de acceder a Whatsapp o a Instagram, además del propio Facebook.
En cuanto los usuarios comenzaron a informar el inconveniente a las 11:45 hora de la costa este de Estados Unidos, Facebook emitió un comunicado en el que decía que “estaba trabajando para volver las cosas a la normalidad lo antes posible”.
Lo cierto es que toda la familia de apps de Facebook estuvo inaccesible durante horas, lo que puso de manifiesto cuán dependiente se ha vuelto el mundo de una sola compañía.
Poco después de las 11:40 a.m. Facebook desapareció de Internet y la interrupción duró cinco horas, cuando algunas de las app volvieron a las pantallas. Pero el impacto fue fuerte. Facebook se ha convertido en la plataforma eje para enviar mensajes, streaming, realidad virtual y muchos otros servicios digitales. En algunos países Facebook es sinónimo de Internet. Más de 3.500 millones de personas en todo el mundo usan Facebook, Instagram, Messenger y Whatsapp para comunicarse con amigos y familiares, difundir mensajes políticos y expandir sus empresas con publicidad e información.
El motivo de esta extraordinaria interrupción en todas sus plataformas fue la introducción de cambios n la infraestructura básica que coordina el tráfico entre sus centros de datos. Eso interrupción las comunicaciones y se convirtió en cascada que afectó a otros centros de datos interrumpiendo todos los servicios.
