El anuncio definitivo, que realizará en horas de la tarde el
ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, dependía del
ofrecimiento que el Gobierno haría a las empresas harineras y
aceiteras de fijar en un 13,5 por ciento el nivel de las
retenciones, a cambio de una baja en los precios internos de venta
al público.
Voceros del Palacio de Hacienda admitieron que hasta el momento
se mantenía la intención de aplicar un 5 por ciento de retenciones
a las exportaciones para los productos primarios.
En cambio, las retenciones a las exportaciones de harinas,
oleaginosas y cereales quedarían en un 20 por ciento, al igual que
el de las exportaciones de combustibles, si no se arriba a un
acuerdo con las empresas del sector.
Estos aranceles, los más alto de todos, tendrán una doble
finalidad, por un lado procurar “un efecto caja” que persigue el
Ministerio de Economía, y por el otro, presionar contra el aumento
de los precios internos de esos productos.
Para las manufacturas industriales, habría un arancel
diferenciado que variaría entre un 8 y un 12 por ciento, aunque no
se descartaba que al final quedara unificado en un 10 por ciento.
El Gobierno calcula recaudar con este nivel de retenciones
alrededor de 3.000 millones de dólares a lo largo de todo el año,
con lo cual tiene previsto financiar el déficit del Presupuesto.
También contempla que con parte de esos fondos se puedan
engrosar las partidas para los planes sociales.
Fuente: Noticias Argentinas
El anuncio definitivo, que realizará en horas de la tarde el
ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, dependía del
ofrecimiento que el Gobierno haría a las empresas harineras y
aceiteras de fijar en un 13,5 por ciento el nivel de las
retenciones, a cambio de una baja en los precios internos de venta
al público.
Voceros del Palacio de Hacienda admitieron que hasta el momento
se mantenía la intención de aplicar un 5 por ciento de retenciones
a las exportaciones para los productos primarios.
En cambio, las retenciones a las exportaciones de harinas,
oleaginosas y cereales quedarían en un 20 por ciento, al igual que
el de las exportaciones de combustibles, si no se arriba a un
acuerdo con las empresas del sector.
Estos aranceles, los más alto de todos, tendrán una doble
finalidad, por un lado procurar “un efecto caja” que persigue el
Ministerio de Economía, y por el otro, presionar contra el aumento
de los precios internos de esos productos.
Para las manufacturas industriales, habría un arancel
diferenciado que variaría entre un 8 y un 12 por ciento, aunque no
se descartaba que al final quedara unificado en un 10 por ciento.
El Gobierno calcula recaudar con este nivel de retenciones
alrededor de 3.000 millones de dólares a lo largo de todo el año,
con lo cual tiene previsto financiar el déficit del Presupuesto.
También contempla que con parte de esos fondos se puedan
engrosar las partidas para los planes sociales.
Fuente: Noticias Argentinas