En esa reunión se verá si Washington logra impedir que la indignación internacional por las relevaciones de Edward Snowden empañe las deliberaciones sobre el gobierno futuro de la Internet.
El miércoles y jueves de esta semana se expondrán las diferencias entre países sobre el futuro control de la internet. La reunión es producto de la crisis generada por el affair Snowden.
La molestia internacional sobre la vigilancia en Internet que realizaron Estados Unidos y Gran Bretaña debilitó la capacidad de Washington para moldear el debate sobre el futuro de internet, según personas allegadas al proceso. “Estados Unidos perdió su autoridad moral para hablar de una internet libre y abierta” dijo un ex funcionario del gobierno estadounidense. El país que lidera Obama hizo el mes pasado un gesto simbólico para tratar de desactivar la situación. Dijo – aceptando una sugerencia de Bruselas — que proyectaba abandonar la última participación directa que le queda sobre el control de internet, que es chequear la precisión de los cambios introducidos por la ICANN a las direcciones de Internet. Aunque es una función limitada y muy técnica, el mundo siempre resintió esa participación. De todas maneras, Washington se sigue considerando el garante del sistema de nombres en internet, que es fundamental para mantener unificada a Internet.
El ofrecimiento de terminar la participación directa de Estados Unidos agitó el avispero de cuestiones más profundas sobre el control de la internet, admite Lawrence Strickling subsecretario del Departamento de Comercio de EE.UU.
El presidente de ICANN, Fadi Chehadé, dijo que el control simbólico de Estados Unidos debía ser reemplazado con claras medidas de protección para asegurar que se mantendrá la apertura del sistema. Esto ha puesto sobre la mesa el tema de quién gobierna internet. Milton Mueller, profesor de la Universidad de Siracusa, dice que lo que se está tratando de hacer no existe todavía: un sistema de gobierno internacional no limitado a ningún estado. “Pero hay que delimitar ciertas normas que moldearán el futuro a mediano plazo, un proceso muy delicado que podría desviarse debido a las tensiones generadas por las revelaciones de Snowden”.
En el interior de Estados Unidos los republicanos han puesto el grito en el cielo diciendo que el retiro de Washington va a terminar dejando el control de Internet en manos de gobiernos dictatoriales. Del gobierno contestan que se está exagerando el significado de lo que era simplemente una propuesta técnica. Los funcionarios dijeron también que abandonarían la función de chequear direcciones si se encuentra una alternativa que sea completamente independiente de influencia alguna de gobiernos. Sin embargo, dice Strickling, impedir la indebida influencia de un gobierno en internet mientras retrocede la autoridad de Estados Unidos, será algo difícil de mantener.
Estados Unidos, junto con otros países en Europa, respaldan un sistema que pone en la balanza la influencia de un número de grupos de interés: gobiernos, compañías, cuerpos que representan a la sociedad civil y los ingenieros que mantienen los niveles y protocolos sobre los que descansa internet.
La reunión de Sao Paulo servirá para mostrar si se está avanzando hacia este esquema llamado “multi-partes” corre el riesgo de sufrir las consecuencias de las filtraciones de Snowden.
Hay ciertas señales de que algunos gobiernos podrían considerarse “más iguales que otros” (en alusión a la sátira de George Orwell “Rebelión en la granja”,1945). Ya hay representantes de gobiernos que van a tener la mitad de las bancas en la reunión – que durará dos días – y ya tienen comunicados redactados con mucho cuidado para presentar en el debate sobre hasta dónde deberían extenderse sus respectivos roles.
La reunión de Sao Paulo sin duda fijará el tono para las discusiones internacionales sobre gobierno de internet, que terminarán en octubre en una reunión de la International Telecommunications Union, un brazo de la ONU.