<p>Resulta llamativo que, con Nicolas Sarkozy sosteniendo eso, los mercados especulativos hayan desencadenado una euforia sin mucho asidero. Se engancharon a París (6,3%) las bolsas de Milán (5,5%), Francfort (5,4%), Madrid (5%), San Pablo (3,7%), Londres (2,9%) y Nueva York (igual).<br />
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Probablemente, la causa de tanto jolgorio radique en una ola de optimismo iniciada en Londres por analistas de bancos privados. A su vez, el fenómeno denota un detalle poco notado: las sumas que las entidades financieras deben reunir en ocho meses (€ 106.000 millones) son menos duras que lo supuesto. Salvo los bancos pegados a Grecia, el resto ni siquiera precisará tomar capital ajeno para blindarse contra ulteriores riesgos de insolvencia.<br />
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Posiblemente, se cubran las nuevas exigencias mediante una combinación de maniobras contables, reducción de dividendos y emisión de títulos. Por consiguiente, banqueros y expertos afirman que la tan cacareada recapitalización de la Eurozona no resultará tan transformadora como creen los gobiernos participantes en la última cumbre.<br />
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“El monto a recaudar en realidad sería notablemente inferior a aquellos € 106.000 millones”, opina Craig Coben (BankAmerica-Merrill Lynch). Por eso mismo, “muchos inversores preguntan ya por qué las autoridades de la Eurozona no obligan a que los bancos se recapitalicen en serio. Hasta el momento, buena parte de los esfuerzos queda en artilugios contables” .<br />
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Entonces, la suma total a obtener por las entidades privadas oscilaría apenas entre € 10.000 y 20.000 millones. La fuente del cálculo es Crédit Suisse. Estos magros números explican que, el jueves, bancos como Barclay’s, BNP-Paribas y Deutsche Bank hayan subido hasta 15% en las bolsas de Londres, París y Francfort. <br />
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Pero ¿existe otra realidad? Al parecer, sí: los cuatro grandes bancos franceses, (Société Générale, Crédit Agricole, BNP-Paribas, Crédit Lyonnais) han acumulado cerca de € 8.000 millones en déficit de capital.</p>
Sarkozy: el error fue admitir a Grecia
Ni más ni menos, así se pronunció ayer en Bruselas el presidente francés. Fue tras reunirse con el flamenco Herman van Rompuy (Eurogrupo). Si dejáramos caer esa economía ahora, seguirían Italia y una secuela de crisis cambiarias o monetarias.
