<p>Cabe señalar que el desplante de Nicolas Sarkozy es anterior a los informes del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Banco Mundial) y la Organización pro Cooperación para Desarrollo Económico (OCDE, siga por demás engañosa). Ambas se han coaligado para presionar –junto con Estados Unidos y Gran Bretaña- sobre la reunión que empieza en Londres.</p>
<p>Klaus Schmidt-Hebbel, analista de la OCDE, sostiene que “la economía mundial sufre la peor recesión desde 1933 y colapsa el comercio internacional”. Esta Casandra vaticina una “hemorragia generalizada: el PB medio de la entidad caerá 4.3% este año, el global lo hará en 2,7% y el intercambio en 13%”.</p>
<p>Contra una receta que venía durante años recomendando al mundo en desarrollo, ahora la entidad pide “aumentar el gasto público para frenar la recesión”. Vale decir, el mismo planteo de EE.UU.-Gran Bretaña que la Eurozona rechaza. En cuanto al desempleo, el club de 30 países ricos asegura en 2009 10,5% en EE.UU. y 12% en la Unión Europea.</p>
<p>Menos exagerado, el Banco Mundial anticipa “un declive sin precedentes desde 1945 en las economías centrales y el intercambio general. El crecimiento también perderá impulso entre las emergentes”. Lejos de la apocalíptica OCDE, el BIRF estima que la economía mundial “se contraerá 1,7% este año”. Al respecto, su presidente –el norteamericano Robert Zoellick- insitió ante el G-20 en establecer un fondo de US$ 50.000 millones para los países pobres. <br />
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Sarkozy amenaza con retirarse del cónclave
A horas de una cumbre desorientada, el presidente francés quiere abandonar la reunión (no el Grupo de los 20) por falta de indicios sobre medidas concretas para superar la crisis. Mientras, el Banco Mundial y la OCDE se vuelven tremendistas.