Que tal vez sea muy saludable. Los indicadores se han situado poco más de 7% por debajo de la reciente marca alta. Con todo, los cambios fueron relativamente pequeños. Todavía.
¿Puede descender aún más el mercado bursátil? Muchos expertos aseguran que es posible y que dependerá en buena medida de cómo jueguen varios factores que pueden incidir.
Títulos y acciones están con precios altos. Las tasas de interés están bajas. Hay baja inflación.
Y también poco retorno para los inversores. Por otra parte, la deuda global sigue aumentando, transmitiendo debilidad al mundo financiero. La deuda tomada por los gobiernos saltó de 58% del total a 87%. En cuanto a la recuperación económica global está en marcha, lo que puede traer aumento en sueldos y en el nivel de inflación.
Sin contar, dicen los pesimistas, con el imprevisible efecto Trump. Un ingrediente que puede precipitar el famoso “vuelo a la calidad”.
Hasta ahora las correcciones han sido modestas. Pero ciertamente pueden ser bastante peores.
Un elemento clave sobre lo que puede ocurrir es el aumento evidente en el déficit fiscal estructural de estos meses y de los que vendrán. El actual ciclo expansivo puede ser desestabilizado por incidentes militares o guerras comerciales entre diferentes puntos del planeta.
Estos escenarios posibles explican el saludable temor de los mercados a caídas fuertes en activos bursátiles y financieros.