Rusia-Georgia: una tregua, pero las tropas ocupantes no se retiran

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Nicolás Sarkozy abrió negociaciones vía una propuesta unánime de la Unión Europea. Moscú dispuso cesar una sangrienta ofensiva que dejó 3.000 muertos y 100.000 desplazados. Pero no se va y apuesta a un cambio de gobierno.

<p>Por otra parte, los objetivos rusos se cumplieron: virtual secesi&oacute;n de Abjazia, reuni&oacute;n de ambas Osetias y congelamiento &ldquo;sine die&rdquo; de la expansi&oacute;n intentada por la Otan (Ucrania, Georgia, Moldavia). Tambi&eacute;n se esfuma el escudo de proyectiles so&ntilde;ado por George W.Bush sobre las fronteras occidentales de Rusia.</p>
<p>Sarkozy visit&oacute; Tiflis a tres d&iacute;as de rechazar Mosc&uacute; la tregua pedida por Georgia, Rusia invadi&oacute; y bombardea objetivos civiles. Uno fue Gori, pueblo natal de Stalin. Osetia sur vuelve a Mosc&uacute; y Abjazia secede. Hasta el cese del fuego el escenario recordaba la Chechenia de los 90.</p>
<p>Quiz&aacute;s el s&iacute;ntoma m&aacute;s claro sea que los ataques rusos redujeron en un tercio el territorio georgiano. A partir de esta tregua, es s&oacute;lo cuesti&oacute;n de tiempo que se reduzca Georgia a estado t&iacute;tere como Armenia oriental. Para ello Mosc&uacute; especula con sacar a Saakashvili y poner un gobierno m&aacute;s maleable, que podr&iacute;an encabezar la opositora Nino Burchadze o Edvard Shevarnadze.</p>
<p>Por supuesto, Osetia sur regres&oacute; a manos rusas, situaci&oacute;n que databa de hace quince a&ntilde;os y el poco sagaz Mijail Saakashvili (presidente georgiano) intent&oacute; revertir d&iacute;as atr&aacute;s, sitiando Tsjinvali, min&uacute;scula capital oseta. Al parecer, el gobierno de Tiflis confiaba en la alianza casi personal con George W.Bush y los dos mil soldados georgianos destacados en Bagdad.</p>
<p>Obviamente, Estados Unidos no estaba en posici&oacute;n de intervenir. Ya ha salido malparado de demasiadas guerras lejos de sus fronteras y, en el Pent&aacute;gono, crece la renuencia a meterse en conflictos donde juegan otras potencias. Por lo mismo, el escudo o la extensi&oacute;n al sur y el sudeste de Mosc&uacute; del &aacute;rea Otan se diluyen junto con el poder pol&iacute;tico de Bush.</p>
<p>Al respecto, un analista alem&aacute;n recordaba que, cuando China invadi&oacute; Tibet, EE.UU. no intervino. Cuarenta y siete a&ntilde;os antes, en 1912, la cosa era distinta: Lhasa se separ&oacute; de Beijing -su se&ntilde;ora feudal desde el siglo XIV- con apoyo del imperio brit&aacute;nico. En 1959 ya no exist&iacute;a ese imperio. Ahora, tampoco hay un imperio norteamericano capaz de sofrenar a Rusia en el C&aacute;ucaso o a China en Tibet y Xinjiang.</p>
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<p>La compleja marquetería regional de países, etnias, lenguas y religiones tampoco es fácil para Moscú, que trata de manejarla sin refinamientos desde tiempos de Catalina II. Como ella, Yíósif V.Dyugashvili (a) Stalin necesitaba recrear un equilibrio, roto al desplomarse el imperio otomano. El ex monje georgiano reabsorbió su patria chica durante los años 20, junto con Armenia nororiental y Adzerbaiyán.</p>
<p>Licuada la Unión Soviética, armenios, adzeríes y georgianos recobraron la independencia. Tiflis la había perdido en 1801, cuando Tibet seguía tan en poder chino como el Turquestán oriental (Xinjiang), hoy reducto de terroristas uigur con instructores chechenos de Al-Qa’eda. El resto de Caucasia dista de ser tranquilizador para los rusos. Ambas Osetias, Abjazia, Daghestán, Kabardino-Balkaria, Ingushetia y… Chechenia son polvorines en potencia. La mano dura de Putin –como las de Stalin o Hu Jintao- no es una opción sino un imperativo, pero los norteamericanos (a diferencia de los ingleses) nunca fueron buenos en Realpolitik.</p>
<p>Sin duda, Bush queda en postura desairada. Aunque Rusia no esté a su nivel en poder militar, la proximidad al escenario bélico y la renuencia de la UE a nuevas balcanizaciones son decisivas. Máxime si Putin en realidad va ahora por Georgia entera. Le sería fácil satelizarla, como a Armenia. Si Adzerbaiyán se salva, será porque lo respalda una alianza de habla turca, liderada por Angora e integrada por Kazajstán, Türkmenistán y Uzbekistán, claves petroleras del Asia central. Volviendo a la UE, su dependencia de hidrocarburos que pasan por Caucasia explica que, desde iniciada la guerra el euro haya caído de US$ 1,55 a 1,49 (casi 4%).</p>
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