Pero más que un ejercicio de democracia, el espectáculo del domingo se va a parecer a un teatro político.
Con los candidatos considerados indeseables fuera de la competencia y los medios estatales machacando la línea del Kremlin, el partido Rusia Unida de Vladimir Putin ganará una falsa elección para una falsa legislatura. Muchos rusos saben esto y no se van a molestar en ir a votar.
La verdadera acción tiene lugar fuera de la escena. Putin sigue reacomodando sus cuadros luego de echar a su poderoso jefe de gabinete el mes pasado, de pasar a retiro a gran cantidad de generales de la comisión investigadora y el ministerio del interior y reemplazar a su ministro de educación. La sociedad civil también siente la atmósfera de apriete.
La fiscalía general está investigando a Memorial, uno de los mayores grupos de derechos humanos de Rusia sospechado de ser “agente externo”. El centro Levada, la única encuestadora independiente que queda en el país, también fue declarado agente externo, por lo que su director ha dicho que la decisión le impedirá trabajar.