Rumbo a las candidaturas

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La última encuesta nacional de abeceb es la medición previa a que se definan las alianzas (12 de Junio) y luego se cristalicen las candidaturas (22 de Junio) de cara a las primarias abiertas simultáneas y obligatorias del 11 de agosto. 

Los resultados muestran que la política está ansiosa, expectante y trabajando activamente para definir las listas, mientras que la ciudadanía, a un ritmo considerablemente más lento, se va metiendo de a poco en un clima electoral.
El director de Isonomía Consultores, Juan Manuel Germano, cree que el hecho de que a estas alturas no existan candidatos definidos hace que los trabajos de opinión pública sean difíciles de encarar, ya que se trabaja con muchas hipótesis, pero pocas certezas. “Como si todo esto fuera poco, aún no sabemos cuáles serán las reglas electorales de este juego ya que la justicia aún no determinó que ocurrirá con la elección popular de los miembros del Consejo de la Magistratura”.
Para el analista, en este clima de incertidumbre, sobresalen dos nombres que pueden generar importantes cambios en el escenario electoral y que, si definen competir, probablemente modifiquen las estrategias y posibilidades de muchos candidatos. Por otro lado, ambos comparten una cualidad: pueden participar dentro de espacios políticos diferentes. El peso, entonces, recae sobre Sergio Massa en la Provincia de Buenos Aires y Roberto Lavagna en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Analicemos brevemente ambos casos.
Germano cree que el caso de Sergio Massa en la provincia es un claro ejemplo de lo desprestigiado que se encuentran los roles de los partidos políticos, debido a que una misma persona puede, desde el punto de vista de la opinión pública, participar dentro del oficialismo o de la oposición sin dar demasiadas explicaciones. “La indefinición sobre determinados temas del actual Intendente de Tigre hace que sea visto por parte de la ciudadanía como opositor, otros lo consideran oficialista y un gran porcentaje (cercano al 50%) no puede catalogarlo dentro de estas categorías”. 
Asimismo, Massa posee muy bajos niveles de desconocimiento, una alta imagen positiva, una baja negativa y una sumamente interesante intención de voto. La pregunta entonces es ¿cómo logró este posicionamiento? La respuesta parece tener varias aristas, pero se centra en una percepción de una excelente gestión en el Municipio de Tigre, en donde se hace hincapié en ser un potencial solucionador del principal problema de los argentinos y los bonaerenses: la inseguridad. 
Sergio Massa no ha decidido si compite o no en este 2013 y, asimismo, si lo hace por dentro o por fuera del Frente para la Victoria, pero lo que es seguro es que su definición mantiene en vilo al resto de las fuerzas políticas. Por un lado, al oficialismo (quien tampoco ha definido quien será su candidato en la Provincia de Buenos Aires, aunque en términos de instalación, es Alicia Kirchner quien corre con cierta ventaja, aún después de una fuerte baja en su imagen luego de las inundaciones en la Ciudad de La Plata) que aparece en escena con un núcleo de votantes bien fuertes pero que con la inclusión de Massa podría sumar varios puntos más. Y por el otro, y más trascendental aún, a la oposición. La inclusión de Massa por fuera del kirchnerismo le genera un golpe al corazón de la estrategia electoral de buscar la polarización de Francisco de Narváez y también al polo de centro izquierda del acuerdo entre Stolbizer y Alfonsín, quien estarían condenados a un cuarto puesto electoral dentro de las preferencias de la ciudadanía de la provincia. 
Señala que en la Ciudad, también aparece un actor que puede cambiar el eje, tanto para el PRO como para el resto de los partidos políticos. El coqueteo entre el PRO y Roberto Lavagna parece no haber terminado aún, pero si decidieran cerrar un acuerdo, probablemente el partido de Mauricio Macri obtenga un cómodo primer puesto y la obtención, así, de dos senadores por la Ciudad. El problema radica en que si el ex Ministro de economía decide competir por fuera del PRO, se abre una fuerte disputa electoral ya que, por un lado el PRO pierde una interesante cantidad de votantes y se dispersaría el voto logrando similares fortalezas entre el Frente para la Victoria (hasta ahora con Daniel Filmus como principal referente), el acuerdo Pino Solanas-Elisa Carrió y Roberto Lavagna. 
Los interrogantes, concluye Germano en su análisis, son varios y las estrategias recién comienzan. Estamos en tiempos de armados y es aquí cuando la ciudadanía se siente aún más alejada de lo político. Falta muy poco para que los actores terminen este proceso y finalmente vuelvan a hablarle a la ciudadanía, que es la que definirá la suerte de todos ellos. Por ahora, solo queda esperar un poco más.

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