<p>Se trata de vigilar áreas muy apartadas de la UE. El mapa es ilustrativo: Bulgaria limita con Turquía al sudeste, Macedonia al sudoeste y Serbia al oeste. Este mismo país bordea Rumania en igual dirección y Hungría al noroeste. Dos estados ajenos a la UE -Ucrania, Moldavia- aparecen al norte y el noreste.</p>
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<p>Hasta hace unos pocos años, los problemas pendientes podían parecer rutinarios, como nunca fueron los de Turquía o Serbia. Sin embargo, hoy la UE vive una ola neoconservadora y xenófoba, que empalma con una crisis de endeudamiento.<br />
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Por otra parte, el narcotráfico, el crimen organizado y la corrupción campean en Rumania, Bulgaria y Serbia. En los dos primeros casos, Bruselas los absorbió en la UE sin parar mientes en esas lacras. Por supuesto, similares problemas castigan a Macedonia, Kosovo y Bosnia-Hersegovina.<br />
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Por siguiente, es posible que Holanda, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Francia y Austria veten el ingreso de ambos estados balcánicos. Al respecto, múltiples signos de corrupción proliferan en zonas rurales rumanas y búlgaras, como también en el litoral sobre el mar Negro. Tal es el grado delictivo en Rumania que sus gendarmes embolsan alrededor de € 5.800 en un solo turno laboral.<br />
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Sin esperanzas de ser admitidos a la zona de libre tránsito, Bucarest y Sofía buscará mitigar el revés abriendo aeropuertos, puertos y teminales ferroviarias a viajeros sin visa. En lo atinente al delito, los búlgaros apuntan que Grecia, Croacia, Italia, Albania lo padecen desde hace rato. Por otro lado, la frontera más “caliente” separa a Rumania de Moldavia y a ésta de un estado canalla, Transdñestria (que se independizó de Moldavia en 1990).</p>
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Rumania y Bulgaria son poco fiables para la UE
Después de haber invertido más de 1.000 millones en redes de seguridad fronteriza, los dos mayores países balcánicos esperaban, por lo menos, a incorporarse al área de visa libre de la Unión Europea. Hoy se quejan de trabas políticas o reglamentarias.