“Yo creo que son injustas (las críticas) porque no es responsabilidad exclusiva suya (el ajuste). No se puede crear un ´Judas´. Eso es algo fácil, algo muy típico, (pero) es una forma equivocada de resolver el problema”, opinó la mandataria, en declaraciones que divulga hoy el diario O Estado de Sao Paulo.
La Presidenta hizo estas declaraciones antes del congreso de su partido, el gobernante Partido de los Trabajadores (PT), que comienza el jueves en Salvador de Bahía.
Rousseff también destacó la importancia de la revisión de las exenciones fiscales, minimizó las derrotas del oficialismo en el Congreso, y defendió castigos en el caso de corrupción que se investiga en la FIFA: “No tuvimos que pagarle a nadie para traer el Mundial a Brasil”, aseguró.
La política económica de Rousseff durante su segundo mandato, que comenzó el pasado 1 de enero, ha sido cuestionada también dentro de su propio partido debido a que las primeras medidas adoptadas endurecieron beneficios laborales conquistados en las últimas décadas.
De hecho, en los documentos preparatorios del congreso, los sectores que integran el partido, entre ellos el mayoritario, liderado por su fundador el ex presidente Lula da Silva, han expresado críticas a Levy, y por extensión a Rousseff.
El sector de Lula, Construyendo un Nuevo Brasil (CNB), lamenta que “la sociedad no haya sido consultada sobre las medidas (económicas) sino que fue informada posteriormente”, y critica que el ajuste haya recaído “más sobre los trabajadores que sobre las clases dominantes”.
La segunda mayor corriente del PT, Mensaje, integrada por el ex ministro de Lula Tarso Genro, critica puntualmente “la elección del ministro de Hacienda y sus primeras decisiones”.
“El segundo gobierno de Dilma se inició con una clara inflexión conservadora en la gestión macroeconómica, que contradice el programa (de gobierno) elegido”, subraya el sector al que pertenece además el actual ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo.
La Presidenta y su titular de Economía también son criticados por la mayor central sindical del país, CUT, vinculada a la izquierda, Lula y el PT.
Un documento firmado por el presidente de la CUT, Vagner Freitas, y por la directiva del departamento sindical del propio PT, dirigido a los delegados que asistirán al Congreso, califica el ajuste fiscal como “regresivo y recesivo”.