Ronda inicial de consultas por Mercosur-UE

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El lunes próximo comienzan las consultas entre funcionarios y cámaras empresariales para definir los productos que entrarán en la negociación para un Acuerdo de Asociación Estratégica entre el Mercosur y la Unión Europea.

Dante Sica, director de abeceb.com, analiza la valoración para el Mercosur y para la Argentina de una negociación con la Unión Europea y sostiene que debe tener en cuenta algunos puntos fundamentales para evitar un desequilibrio pronunciado en los resultados de un eventual acuerdo.

Como ser:

 

  • Los aranceles de la Unión Europea son más bajos que los del Mercosur, por lo que el bloque sudamericano cargaría con el mayor esfuerzo en términos de reducción efectiva de aranceles.
  • Los productos europeos sensibles en los que hay oportunidades para el Mercosur los aranceles son muy elevados (cuasi prohibitivos) y o bien son excluidos de la oferta, ofrecidos a través de cuotas muy acotadas o atados a los avances en barreras técnicas y medidas sanitarias y fitosanitarias.
  • El acceso de bienes a mercados (subsidios y ayudas internas, licencias), medidas sanitarias y fitosanitarias, propiedad intelectual, servicios, producción sustentable, entre otros.

 

Tanto por iniciativa de Brasil como de la Unión Europea se considera llegado el momento del intercambio de ofertas para poder seguir avanzando hacia una etapa definitoria para la negociación entre los bloques europeo y sudamericano después de varios años de estancamiento, producto de la difícil coyuntura económica global de los últimos tres años. La intención de Brasil es que el intercambio de ofertas se concrete antes de finalizar el presente año, explica Sica.

 

Pero, paralelamente, renace el desafío del Mercosur, que en un contexto de dificultades deberá arbitrar internamente una estrategia para consensuar una oferta ambiciosa y cuidar que los beneficios y costos sean equilibrados entre ambos bloques.

 

Uno de los desafíos más importantes que se presentan en este sentido es lograr que la Argentina asuma el compromiso de avanzar con la negociación. Esto implica presentar una oferta de desgravación en bienes que luego deberá ser discutida internamente antes de presentarla a la UE.

 

De esta discusión surgirá si el Mercosur está en condiciones de presentar una lista única o si se requiere más de una velocidad de reducción de aranceles.

 

Sobre las consultas que se iniciarán en Argentina este lunes 16 de septiembre la duda que se plantea es si serán lo suficientemente amplias o si incorporarán un extenso listado de productos sensibles.

 

Un aspecto importante a considerar es que la oferta del Mercosur estaría acompañada por una serie de condiciones, tal como lo fue en el 2004, que deberían ser consideradas por la contraparte.

 

Será necesario un gran consenso intra-Mercosur para la definición última de las condiciones que acompañarán a la oferta final.

 

El elevado nivel de desgravación y la pérdida de progresividad arancelaria que la plena aplicación del acuerdo podría originar sobre gran parte de la industria argentina deberían dar lugar a un debate amplio de política industrial sobre cómo adaptarse a una situación muy diferente y qué decisión estratégica adoptar con respecto a los sectores tradicionalmente protegidos

 

En concreto, la consulta busca explicar a los empresarios cómo deben completar los formularios en los que plantearán sus posiciones en cuanto a los productos con los que podrían tener oportunidades en el mercado de la UE y aquellos que son sensibles en nuestro mercado con relación a los producidos en Europa.

 

La postura de la Unión Europea

 

El avance de la negociación también sería de interés para la UE dado que las condiciones han cambiado en los últimos años.

 

En particular, el aumento de los precios de los bienes agrícolas abriría la posibilidad de reducir los cuestionados subsidios a la producción, mejorando de paso las cuentas fiscales europeas.

 

De esta forma, no habría tanta resistencia interna del bloque europeo frente a un proceso de negociación con el Mercosur, que presionará por obtener un más amplio acceso a mercados en productos alimenticios.

 

La UE consideraría oportuno el momento para realizar un nuevo intercambio de ofertas de bienes, dado que ambas partes reconocen cuales son las sensibilidades y las demandas de la contraparte.

 

Las asimetrías

 

El análisis de los montos exportados por ambos bloques deja al descubierto las diferencias de “significatividad” en los flujos comerciales.

 

La UE exporta 16,6 veces más que el Mercosur, pero esta diferencia llegó a ser de 21 veces en 2008 y de 28,6 veces en 2003.

 

El intercambio comercial entre el Mercosur y la UE fue creciente durante toda la primera parte de la década pasada, con un superávit en aumento a favor del Mercosur, principalmente debido a las exportaciones de alimentos. A partir de la crisis internacional, que tuvo epicentro en la Unión Europea, las condiciones del comercio se modificaron.

 

Las exportaciones no terminan de recuperarse y las importaciones siguen su senda ascendente.

 

Como resultado, en 2012 se obtuvo el primer saldo negativo con la UE en este nuevo siglo.

 

La única forma de mejorar de manera importante la oferta (como se ve en el gráfico a continuación) es incorporando las posiciones del sector autopartista, considerado sensible en aquél momento.

 

Del resto de los sectores, sólo químicos y siderúrgicos tienen un peso significativo.

 

De prosperar el acuerdo, la Argentina debería eliminar los aranceles con la Unión Europea, ya sea en mayor o menor plazo, por lo menos sobre el 80% de los productos, los cuales son en su mayoría industriales. Lo que obligaría a pensar en una estrategia responsable de adecuación de la competitividad en distintos sectores, a través de una sólida política industrial, con el desafío de evitar la pérdida de diversidad industrial frente a la competencia europea.

 

Los productos que cubren casi el 90% de las exportaciones del Mercosur hubieran recibido una desgravación a 0% de arancel.

 

Sin embargo, un 62% de este valor ya ingresaba con arancel nulo, por lo que el real ofrecimiento de la UE es sustancialmente menor.

 

Por otra parte, para los productos que más les interesa a los países del Mercosur la UE ofrece cuotas que (como se observa en el siguiente cuadro) no sólo son insuficientes, como surge claramente comparándolas con las exportaciones argentinas (y por otra parte dichas cuotas deben ser distribuidas entre todos los países del Mercosur) sino que el arancel  intracuota ofrecido no es cero.

 

 

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