Rodrigo Rato objeta la política fiscal de Estados Unidos

El nuevo director gerente del Fondo Monetario Internacional advirtió que el dólar acabará cediendo más. Aparte, EE.UU. tiene que frenar su creciente endeudamiento, para evitar ser una amenaza a la economía mundial.

21 septiembre, 2004

Pero la exhortación de Rato se diluyó en una serie de conminaciones a países ricos y pobres, todas cifradas en cortar drásticamente déficit y efectuar reformas reclamadas por los mercados. El alto funcionario hablaba en el Consejo de Relaciones Internacionales, un foro vinculado a la Casa Blanca e intereses privados.

Aludiendo a los “déficit gemelos” norteamericanos, el banquero español teme que se mantengan por encima de 4% del producto bruto interno durante años. Esa perspectiva, opinó, exigirá una corrección de paridades entre las principales divisas. “El enorme desequilibrio representa riesgos no sólo para EE.UU., sino para la economía global”.

Como otros analistas del sector financiero, Rato cree que el planeta vive “una fase de expansión” (aunque no haya indicios concretos al respecto). Por ende, los países en desarrollo debieran acelerar cambios estructurales y los ricos poner en orden sus cuentas. Washington “tendría que empezar reduciendo su rojo presupuestario, estimado este año en US$ 420.000 millones. También el déficit de pagos corrientes externos, que alcanzó US$ 166.200 millones en el segundo trimestre del año”.

Juntos, ambos desequilibrios y el del gasto social pueden desatar una súbita caída internacional del dólar. En esto, varios analistas comparten las inquietudes del FMI. Semejante posibilidad daría vuelta la supuesta reactivación mundial. En cambio, algunos economistas sistémicos creen que los déficit no estallarán, sino que irán deteriorando paulatinamente la hegemonía economía norteamericana.

Washington no fue la única potencia criticada por Rato. En su exposición, adelanto de la postura que adoptará el FMI en la reunión semestral conjunta con el Banco Mundial (la semana próxima), sostuvo que la Unión Europea y Japón comparten la responsabilidad por el rojo en cuenta corriente de EE.UU., debido al “fracaso en acelerar sus economías”.

Contradiciendo lo de “reactivación mundial”, el director gerente afirmó que la lentitud europea “eleva presiones sobre el mercado interno norteamericano”. También Tokio “tiene un papel que cumplir”. Consultado sobre estos dichos, Jeffrey Sachs señaló que “Rato no menciona los graves errores cometidos durante años por el propio FMI, que han frustrado el desarrollo de muchas economías dependientes, sin disciplinar a Washington”.

Mucho expertos, por otra parte, sindican la sobrevaluación del dólar –especialmente en términos de yen japonés y yüan chino- entre las causas del creciente déficit estructural norteamericano. A su vez, Rato dijo que le había pedido a Beijing un régimen cambiario más flexible “ahora mismo”. No tuvo éxito.

Replicando a quienes reprochan al Fondo haber abandonado sus funciones de supervisor cambiario, el funcionario citó como ejemplo en contrario su reciente recorrida por Asia oriental. Pero, hasta el momento, no aparecen resultados. Realista al fin, Rato admitió que hoy la influencia del FMI en las potencias económicas se manifiesta vía los mercados y la opinión pública (aunque ésta no tenga en cuenta a la entidad o, cuando lo hace, le sea hostil).

Pero la exhortación de Rato se diluyó en una serie de conminaciones a países ricos y pobres, todas cifradas en cortar drásticamente déficit y efectuar reformas reclamadas por los mercados. El alto funcionario hablaba en el Consejo de Relaciones Internacionales, un foro vinculado a la Casa Blanca e intereses privados.

Aludiendo a los “déficit gemelos” norteamericanos, el banquero español teme que se mantengan por encima de 4% del producto bruto interno durante años. Esa perspectiva, opinó, exigirá una corrección de paridades entre las principales divisas. “El enorme desequilibrio representa riesgos no sólo para EE.UU., sino para la economía global”.

Como otros analistas del sector financiero, Rato cree que el planeta vive “una fase de expansión” (aunque no haya indicios concretos al respecto). Por ende, los países en desarrollo debieran acelerar cambios estructurales y los ricos poner en orden sus cuentas. Washington “tendría que empezar reduciendo su rojo presupuestario, estimado este año en US$ 420.000 millones. También el déficit de pagos corrientes externos, que alcanzó US$ 166.200 millones en el segundo trimestre del año”.

Juntos, ambos desequilibrios y el del gasto social pueden desatar una súbita caída internacional del dólar. En esto, varios analistas comparten las inquietudes del FMI. Semejante posibilidad daría vuelta la supuesta reactivación mundial. En cambio, algunos economistas sistémicos creen que los déficit no estallarán, sino que irán deteriorando paulatinamente la hegemonía economía norteamericana.

Washington no fue la única potencia criticada por Rato. En su exposición, adelanto de la postura que adoptará el FMI en la reunión semestral conjunta con el Banco Mundial (la semana próxima), sostuvo que la Unión Europea y Japón comparten la responsabilidad por el rojo en cuenta corriente de EE.UU., debido al “fracaso en acelerar sus economías”.

Contradiciendo lo de “reactivación mundial”, el director gerente afirmó que la lentitud europea “eleva presiones sobre el mercado interno norteamericano”. También Tokio “tiene un papel que cumplir”. Consultado sobre estos dichos, Jeffrey Sachs señaló que “Rato no menciona los graves errores cometidos durante años por el propio FMI, que han frustrado el desarrollo de muchas economías dependientes, sin disciplinar a Washington”.

Mucho expertos, por otra parte, sindican la sobrevaluación del dólar –especialmente en términos de yen japonés y yüan chino- entre las causas del creciente déficit estructural norteamericano. A su vez, Rato dijo que le había pedido a Beijing un régimen cambiario más flexible “ahora mismo”. No tuvo éxito.

Replicando a quienes reprochan al Fondo haber abandonado sus funciones de supervisor cambiario, el funcionario citó como ejemplo en contrario su reciente recorrida por Asia oriental. Pero, hasta el momento, no aparecen resultados. Realista al fin, Rato admitió que hoy la influencia del FMI en las potencias económicas se manifiesta vía los mercados y la opinión pública (aunque ésta no tenga en cuenta a la entidad o, cuando lo hace, le sea hostil).

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