<p>Según las más recientes declaraciones en Doha, el reino saudita no entiende el “injustificado pesimismo” de los mercados. Los inventarios –dice el ministro Ali Naimi- – están altos, la oferta es la adecuada, y además Riyadh tiene una capacidad productiva extra de 2,5 millones de barriles diarios, que puede volcar al mercado en cualquier momento.<br />
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Incidentes menores en Sudán no cuentan en el gran escenario y el temor a un cierre del estrecho de Hormuz, por donde circula todo el petróleo de la región, es – a ojos del ministro- una simple fantasía.<br />
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El crudo Brent, el precio de referencia, llegó a US$ 128 el barril, y ahora se ha estabilizado en US$ 124. Irán está produciendo menos por efecto de las sanciones de países occidentales contra su política nuclear. Lo que dejan de comprarle puede reponerlo Rusia o Saudiarabia con facilidad.<br />
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Lo que sorprende es lo ajustado de los mercados en marzo, tradicionalmente el punto más débil en el ciclo de demanda, después de un fuerte crecimiento de la exportación saudita. Según las estadísticas, durante el próximo trimestre se necesitarán 3 millones de barriles diarios adicionales para satisfacer la demanda.<br />
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Mientras tanto, el Reino aumenta exportaciones a Estados Unidos y Japón, y reabre yacimientos para expandir la producción. La meta saudita es que el precio del barril retroceda hasta US$ 100. Precios demasiado altos –admite el gabinete ministerial de Riyadh- tiene efectos negativos importantes sobre la economía global.</p>
Riyadh busca calmar el mercado petrolero
El ministro de Petróleo de Arabia Saudita no cesa de hacer declaraciones tranquilizadoras, con la intención de calmar un mercado volátil y en ascenso. A veces recurre a la presión: bombearemos todo el crudo que haga falta hasta que haya exceso de oferta y bajen los precios.