Los cambios en la legislación energética son los más arriesgados en los últimos 75 años y permiten que el Gobierno mexicano celebre contratos de servicios, utilidad y producción compartida, así como licencias con la iniciativa privada. La reforma promete que habrá apertura en exploración y explotación de hidrocarburos y también que abrirá diversas puertas para la inversión en las compañías estatales Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
La reforma, además, acota del poder del sindicato de Petróleos Mexicanos (Pemex), al sacarlo del Consejo de Administración de la empresa, al tiempo que pone en riesgo los derechos laborales de los trabajadores del gremio. El temor de despidos masivos ha llegado a las páginas de la prensa mexicana. La prensa hablaba esta semana de un acuerdo laboral entre el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) y Pemex para revisar la plantilla, reacomodarla o jubilarla, según sea el caso. El acuerdo habría sido firmado por ambas partes el 29 de julio de 2013, dos semanas antes de que el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, llevara su iniciativa de reforma al Congreso mexicano.
La reforma energética atrae el interés de posibles inversores. El ex presidente Vicente Fox anunció el domingo su deseo de abrir un fondo petrolero de US$ 500 millones para apoyar a las empresas interesadas en invertir en el sector energético. Al concluir su mandato Fox se dedicó a negocios particulares y desde hace un par de años promueve la legalización de la marihuana en México, un área donde también se ha mostrado interesado para emprender negocios.
La noticia sobre la apertura del sector energético ha despertado también interés fuera del país. Las petroleras chinas se acercaron al embajador de México en China, Julián Ventura, para conocer las oportunidades que podrían tener con la aprobación de la reforma energética. Estados Unidos, por su parte, dio en diciembre un espaldarazo a México al confirmar el Acuerdo Transfronterizo de Hidrocarburos que establece las bases para que ambos países exploren y exploten petróleo en los yacimientos fronterizos del Golfo de México.
Pemex notificará a la Secretaría de Energía un plan con todos sus proyectos antes de 60 días naturales luego de que se publique la reforma energética en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
En los proyectos de explotación, la paraestatal deberá presentar los planes para continuar con su extracción, pero para los de exploración la Sener hará un examen de los proyectos, y dará un plazo de hasta cinco años para asegurar que puede tener la mayor rentabilidad en esos pozos, de lo contrario se licitarán a la iniciativa privada.
La reforma también prevé que la petrolera decida a qué proyectos migrar, y en cuales contratar a un tercero para que le ayude en su explotación, lo que le permitirá retener proyectos interesantes en aguas someras que aún están en la primera fase.