Resurge en Egipto la Hermandad Musulmana

En El Cairo posrevolucionario, la religión emerge como influyente fuerza política, aunque el levantamiento de plaza Tahrir era laico. La fraternidad es aliada tácita de los militares todavía en el gobierno egipcio. Ambos tratan de marginar a la oposición laica y frustrar las reformas votadas en el reciente plebiscito.

26 marzo, 2011

<p>Como la facci&oacute;n m&aacute;s influyente y mejor organizada de la oposici&oacute;n formal, la fraternidad acaba cooptando a los mismos militares la que pusieron fuera de la legalidad en los a&ntilde;os 70. &ldquo;Resulta evidente que las dos fuerzan han llegado a una especie de pacto no escrito&rdquo;, presume El&iacute;as Zarw&aacute;n, analista especializado. &ldquo;Tiene sentido para los generales, que desean estabilidad y mantener la gente fuera de las calles&rdquo;.<br />
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Particularmente a las mujeres, tampoco bien vistas por los fundamentalistas Justamente, la Hermandad puede ir excluyendo a los laicos &ndash;en especial los j&oacute;venes- de los espacios p&uacute;blicos. <br />
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Sin duda, Egipto y sus 83 millones de habitantes pugnan por encontrar orientaciones claras para su &ldquo;revoluci&oacute;n&rdquo;, pero los militares insisten en emitir se&ntilde;ales contradictorias. As&iacute;, d&iacute;as atr&aacute;s el consejo de transici&oacute;n pas&oacute; un proyecto para poner fuera de la ley a manifestaciones callejeras. Horas despu&eacute;s, el procurador fiscal confirm&oacute; que varios altos funcionarios de Hosni Mubarak ser&aacute;n procesados por muertes causadas durante las protestas de enero y febrero. <br />
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Por supuesto, la Hermandad Musulmana no les es simp&aacute;tica a otros grupos religiosos o sectarios, que la tachan de elitista. Estas sospechas generan oportunidades para otros partidos. Por ejemplo, seis capillas del salafismo, una escuela ultraconservadora. O la agrupaci&oacute;n al-Wasat, una alternativa menos reaccionaria que la fraternidad o los salaf&iacute;es. <br />
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&ldquo;La fraternidad nunca hab&iacute;a sido un movimiento revolucionario&rdquo;, subraya Zarw&aacute;n. &ldquo;Pero esto ha sucedido y, ahora, los hermanos practican una vieja t&aacute;ctica de las izquierdas europeas: el entrismo. Por tanto, su perfil se afirma como interlocutor m&aacute;s v&aacute;lido que los liberales&rdquo;. Un s&iacute;ntoma muy expl&iacute;cito apareci&oacute; cuando Esam Sharaf &ndash;nuevo primer ministro- hablaba en la plaza de la Liberaci&oacute;n. All&iacute; estaba, a su lado, Mohammed al-Beltagh&iacute;, prominente miembro de la hermandad. <br />
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