Los grupos ecologistas exigen a las grandes comercializadoras agrícolas del mundo a poner en práctica medidas concretas para detener la deforestación que causa el cultivo de la soja en la región amazónica de Cerrado.
Las cuatro grandes compañías comercializadoras de agroalimentos –Archer Daniels Midland (ADM), Bunge, Cargill y Louis Dreyfus, conocidas colectivamente como las ABCD– más Cofco International y Glencore se han comprometido a dar datos aproximados sobre sus proveedores en el Cerrado, una generosa llanura en el centro de Brasil que ha estado en el centro del mayor florecimiento del agribusiness en Brasil en las últimas décadas.
La decisión del Soft Commodity Forum de introducir un conjunto de medidas para asegurar la debida información y transparencia fue tomada debido a la presión de los clientes e inversores para asegurar que las comercializadoras estén ofreciendo productos alimentarios sostenibles y cumpliendo con las metas del clima.
Pero para algunos inversores y grupos de presión las nuevas medidas no exigen lo suficiente. Quieren que las comercializadoras extiendan al Cerrado la Moratoria de Soja del Amazonas, en la que los firmantes prometieron no comprar soja cultivada en tierras deforestadas del Amazonas. Otras empresas (MacDonald’s, Walmart y Unilever entre otras) ya han pedido la extensión al Cerrado de la Moratoria, pero han chocado con la férrea oposición de agricultores y comercializadoras.
La International Finance Corporation, un brazo del Banco Mundial que es uno de los accionistas de Cofco International, ha presionado a la compañía para que proponga sistemas para penalizar a los agricultores que deforestan ilegalmente. El año pasado Louis Dreyfus dijo que no compraría soja proveniente de las nuevas tierras deforestadas en El Cerrado, aunque no dijo desde cuándo.
La zona del Cerrado ha sido limpiado en los últimos 11 años para hacer lugar a la soja. Las tres exportadoras de soja más grandes de la región son Bunge, Cargill y ADM, con una exportación combinada de 13 millones de toneladas en 2017.
El Cerrado provee de soja a gran parte de la Unión Europea y a China y termina en los platos de los consumidores del mundo en forma de pollos alimentados con soja que venden Burger King y McDonald’s.