Giovanni Pitruzzella, director de la Oficina Antimonopólica italiana, dice que la regulación debe hacerse desde el estado y no desde las redes sociales como Facebook. Según él, los países deberían instalar cuerpos independientes coordinados por Bruselas y modelados según el sistema de los organismos antimonopólicos. Ellos serían los encargados de detectar las noticias falsas, eliminarlas de circulación e imponer multas si fuera necesario.
“En política la “post-truth” (verdad a medias o mentira lisa y llana) es una de las fuerzas que llevan al p0pulismo y una de las grandes amenazas para nuestras democracias”, dijo Pitruzzella. Añadió que hoy la Internet es como el salvaje oeste, donde todo el mundo hace lo que quiere. Por lo tanto se necesitan reglas y eso le corresponde al sector público.
A Pitruzzella le preocupa el alto impacto de las noticias falsas en la política de las democracias occidentales. Cree que tuvieron una fuerte influencia en el Brexit británico y en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. En Alemania, que tiene elecciones parlamentarias en 2017, el gobierno está planeando una ley que aplicará multas de hasta 500.000 euros a las empresas se redes sociales que distribuyan noticias falsas.