Recesión: podría resultar más dura que las de 1990/1 y 2001/2

Técnicamente, la economía norteamericana sufrió apenas dos recesiones en los últimos decenios. Ocurrieron en 1991 y 2001 y no fueron intensas Pero no mediaban las dos crisis sistémicas actuales, o sea malas hipotecas e iliquidez.

6 febrero, 2008

Para empezar, el negocio de bienes raíces sufre la peor contracción desde los años y, en ciertos casos, desde la gran depresión de 1929/37. El derrumbe de ese mercado genera pérdidas y depreciaciones que lleva a la segunda crisis, la de crédito. Ambas han desbordado Estados Unidos y alcanzan Gran Bretaña, España, Irlanda, etc.

La mezcla de deudas familiares, altos precios en energía, combustibles –son dos cosas distintas- y alimentos, mientras se deteriora la demanda laboral, reducen el gasto de las personas. Vale decir, 67% del producto bruto interno y, hasta hace poco, motor del crecimiento general.

Paul Samuelson, Jeffrey Sachs, David Rosenberg (Merrill Lynch) y otros prevén una estanflación o una recesión más fuerte y larga que las anteriores. Durante la de 2001/2 –tras el colapso de las puntocom en Wall Street- , verbigracia, el PBI cedió apenas 0,4% anual, pero el gasto del público sólo perdió impulso, no disminuyó.

A primera vista, la recesión de 1990/1, que duró tres trimestres, parece mejor precedente. También entonces hubo problemas inmobiliarios, iliquidez y menos gastos de la gente. El PBI se contrajo 1,3%. Pero la crisis actual en bienes raíces es peor y, por ende, lo es la crisis crediticia. Por de pronto, obligó a los principales bancos centrales de Occidente a inyectar liquidez por un total próxima a US$ 1,2 billones entre agosto y diciembre. Ello para salvar bancos y firmas de valores que de todos modos siguen tecleando.

Analistas como Kenneth Rogoff (Harvard), un ex ortodoxo, comparten esos diagnósticos. Temen que la inminente crisis sea, al menos, tan severa como seis de las siete posteriores a 1907. Por supuesto, no sólo en EE.UU. Un aspecto común a las turbulencias en los dos últimos macrociclos del capitalismo (1873/1929 y el actual, iniciado en 1946) es que mercados, analistas, economistas y bancos centrales no saben en verdad qué sucede –o por qué- y no atinan a buscar soluciones eficaces.

Planes como los de estímulos que pretende George W.Bush (corresponsable de la doble crisis) o el manejo de tasas por Benjamin Bernanke confirman esa impresión. También el empecinamiento de Jean-Claude Trichet (Banco Central europeo) obra en favor de desenlaces traumáticos.

Para empezar, el negocio de bienes raíces sufre la peor contracción desde los años y, en ciertos casos, desde la gran depresión de 1929/37. El derrumbe de ese mercado genera pérdidas y depreciaciones que lleva a la segunda crisis, la de crédito. Ambas han desbordado Estados Unidos y alcanzan Gran Bretaña, España, Irlanda, etc.

La mezcla de deudas familiares, altos precios en energía, combustibles –son dos cosas distintas- y alimentos, mientras se deteriora la demanda laboral, reducen el gasto de las personas. Vale decir, 67% del producto bruto interno y, hasta hace poco, motor del crecimiento general.

Paul Samuelson, Jeffrey Sachs, David Rosenberg (Merrill Lynch) y otros prevén una estanflación o una recesión más fuerte y larga que las anteriores. Durante la de 2001/2 –tras el colapso de las puntocom en Wall Street- , verbigracia, el PBI cedió apenas 0,4% anual, pero el gasto del público sólo perdió impulso, no disminuyó.

A primera vista, la recesión de 1990/1, que duró tres trimestres, parece mejor precedente. También entonces hubo problemas inmobiliarios, iliquidez y menos gastos de la gente. El PBI se contrajo 1,3%. Pero la crisis actual en bienes raíces es peor y, por ende, lo es la crisis crediticia. Por de pronto, obligó a los principales bancos centrales de Occidente a inyectar liquidez por un total próxima a US$ 1,2 billones entre agosto y diciembre. Ello para salvar bancos y firmas de valores que de todos modos siguen tecleando.

Analistas como Kenneth Rogoff (Harvard), un ex ortodoxo, comparten esos diagnósticos. Temen que la inminente crisis sea, al menos, tan severa como seis de las siete posteriores a 1907. Por supuesto, no sólo en EE.UU. Un aspecto común a las turbulencias en los dos últimos macrociclos del capitalismo (1873/1929 y el actual, iniciado en 1946) es que mercados, analistas, economistas y bancos centrales no saben en verdad qué sucede –o por qué- y no atinan a buscar soluciones eficaces.

Planes como los de estímulos que pretende George W.Bush (corresponsable de la doble crisis) o el manejo de tasas por Benjamin Bernanke confirman esa impresión. También el empecinamiento de Jean-Claude Trichet (Banco Central europeo) obra en favor de desenlaces traumáticos.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades