Tal como reconocen la nueva edición de perspectivas de la economía mundial y el propio Dominique Strauss-Kahn (quizás el último director gerente del FMI), la crisis financiera fagocita el crédito y algunos países centrales se ven por demás ilíquidos. La serie de medidas de emergencia iniciada con el primer rescate norteamericano no parece surtir efecto. En el mejor de los casos, tal vez impida una catástrofe, pero no ya una recesión generalizada.
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Según el texto que obra como agenda tácita para la asamblea semestral FMI-Banco Mundial, medio planeta “sufre los efectos del mayor golpe a los mercados principales desde los años 30”. Hasta hace días, el Fondo se habría cortado la lengua antes de mentar ese precedente o de aceptar que la manija la tienen hoy las economías en desarrollo. </p>
<p>Por ende, el informe proyecta para 2009 apenas 3% de crecimiento en el producto bruto global (PBG), medido según la paridad en poder adquisitivo (PPA) de las monedas. Es el mínimo desde 2002 y prenuncia recesión, si bien varios economistas sistémicos creen que la PPA es un truco, no un parámetro serio. No obstante, ante el desmadre de los mercados y la psicosis imperante en Occidente, el pronóstico del Fondo suena optimista. Por ejemplo, Union des Banques Suisses –muy castigada por la crisis- espera apenas 2,2% de expansión el año próximo. Las economías reales líderes, por cierto se estancan o se achican y apuntan a la recesión. </p>
<p>De esa forma, EE.UU. comenzó a desacelerarse a mediados de año. Inflado por estímulos fiscales temporarios (sólo para las clases alta y media alta) y exportaciones –impulsadas por un dólar bajo que ya no existe-, el PBI aumentó en abril-junio a razón de 2,8% anual. Luego, recrudeció el desempleo (a 6,1%), mermó el crédito y empezó a aflojar el gasto del público (70% del PBI). Por tanto, varios econometristas calculan apenas 1,4% anual o menos en el tercer trimestre y -0,2% en el actual. </p>
<p>Septiembre revela los alcances de la contracción. La economía norteamericana perdió 159.000 puestos laborales en el peor mes desde 2003, las ventas de Detroit cedieron al piso de dieciséis años y los consumidores –coinciden varias fuentes- se retraen. La temporada de fiestas, que va de Acción de gracias (27 de noviembre) al 23 de diciembre, se perfila como la más depresiva desde la recesión de los 80. Dato ilustrativo: ni siquiera el mágico iPhone y sus competidores esperan buenos números. </p>
<p>En Europa occidental el panorama no es mejor. Como señala el FMI, la economía británica –de segunda línea entre las centrales- se estancó en el segundo trimestre y ahora se acerca a la recesión. Tampoco marcha bien la Eurozona. Sus propias cifras, difundidas hace dos días, indican que el PB regional cedió 0,8% anual en abril-junio y se teme cero este semestre. </p>
<p>Japón también luce débil. Su PBI se contrajo 3% anual en el segundo trimestre y quizá siga así hasta fin de año. Motivos: baja de exportaciones, menor ritmo inversor, aumentos en combustibles y alimentos que minan la confianza del público. Con una diferencia: los bancos no están envueltos en la crisis financiera al grado de los occidentales. </p>
<p>Semejante paisaje indica qué la rebaja coordinada de tasas básicas era necesaria, aunque sus efectos se hayan licuado rápido. ¿Por qué? Por la incoherencia de los propios bancos centrales todos redujeron los niveles en medio punto (China lo hizo en uno), con lo cual los diferenciales siguen igual: 1,5% en EE.UU., 3,75% en la Eurozona, 4,5% en Gran Bretaña. Por ende, mientras EE.UU. orilla deflación, Europa occidental debiera acercar sus tipos de interés a los norteamericanos. </p>
<p>Volviendo al Fondo, sus econometristas suponen que las economías centrales crecerán apenas 0,5% en 2009. En cuanto al 3% global que prevén, depende de las emergentes. Como grupo, según cree el organismo, se expandirán algo más de 6%. Menos que el 8% de años anteriores, pero un ejemplo para los países “ricos”. Sin duda, el mundo cambia en desmedro del modelo capitalista anglosajón. </p>
Recesión en el centro: el Fondo Monetario no sabe qué hacer y el mundo depende de los emergentes
El súbito rescate II en Estados Unidos, la nacionalización de bancos a ambos lados del Atlántico roza Brasil- y la baja coordinada de tasas se estrellan contra mercados suicidas. Obviamente, se acerca la hora de los países en desarrollo.