Si bien su contendiente no ha aceptado formalmente la derrota, después de varios días de escrutinio, todos dan como ganador al antiguo ministro de economía del país.
Ahora la cuestión, con un electorado tan polarizado, es cómo será posible gobernar este país. No es solamente el escaso margen de ventaja (0,2%): su partido tiene apenas 18 bancas en un Parlamento de 130, donde Fujimori obtuvo la mayoría.
Además, todos reconocen el conocimiento y pericia del nuevo mandatario en materias económicas, pero pocos confían en sus habilidades políticas. Es cierto que el ganador, de 77 años, se encuentra con una economía favorable que crece a ritmo de 3 a 4 % anual, convirtiendo a esta economía en uno de “los tigres latinoamericanos”, junto con Colombia. Si PPK avanza con su programa de reformas impositivas y de suministro de agua, deberá lograr consensos con la oposición, tal vez luego que cicatricen las heridas de una dura campaña.
Esta ha sido la elección más reñida en este país en las últimas cinco décadas. Lo cual fue una sorpresa: las encuestas previas daban clara ventaja a Keiko Fujimori, que en abril pasado ganó cómodamente la primera ronda electoral. Desde entonces las denuncias por corrupción en su partido parecen haber erosionado sus chances electorales (su padre, el ex presidente Alberto Fujimori está todavía preso por crímenes de lesa humanidad).
Ahora, el ex financista de Wall Street y ex banquero de inversión en grandes firmas, tratará de utilizar su vasta experiencia internacional en promover el crecimiento económico de su país. Se lo acusa de tener demasiada íntima vinculación con la élite de los negocios peruana, aunque ha contado con el respaldo de personalidades como el Premio Nobel Mario Vargas Llosa y de Verónica Mendoza, la candidata presidencial de izquierda que llegó en tercer lugar en abril.
