<p>El surcoreano aludía al efecto invernadero en el recalentamiento de la troposfera, a su vez causa de contracción en el mar ártico y el continente antártico. Ban Ki-mun quiso verificar personalmente el deterioro del casquete nórdico en el grupo que posee Noruega. Por supuesto, Groenlandia penetra en la capa, en tanto Canadá y Rusia tienen islas allí.</p>
<p>El problema es que, a diferencia del antártico, en el ártico no hay tierras bajo el polo mismo Por tanto, el derretimiento tiende a ser más acelerado en verano y menos revertible en invierno, sin contar con la contracción en la capa de ozono.</p>
<p>Justamente mientras el grupo de los 20 se cita para analizar la evolución de la crisis financiera, el 21 de este mes se prepara en la ONU el temario para la cumbre mundial sobre deterioro climático (Copenague, 7 a 18 de diciembre). En forma implícita, ambos tinglados tiene algo en común: los costos de reemplazar combustibles fósiles –generadores de monóxido y dióxido de carbono- por fuentes energéticas más limpias.</p>
<p>Ahora mismo, la ONU ha difundido un informe bastante duro. A su juicio los países en desarrollo necesitan una especie de “plan Marshall” por US$ 600.000 millones para hacer frente al efecto invernadero. El frustrado protocolo de Kyoto (1992) juntó poco más de veinte millones. Pero hay otro peligro, subrayado por la presencia de Ban-Kimun en Svalbard: Rusia, Noruega, Canadá y EE.UU. encaran ambiciosos proyectos petroleros o gasíferos en el mar ártico.</p>
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¿Qué hacía Ban Ki-mun en el ártico noruego?
Desde el archipiélago de Svalbard/Spitzbergen, al borde del casquete polar, el secretario general de Naciones Unidas exhortó a actuar antes de que sea demasiado tarde. Este verano boreal, los hielos cubrían el mínimo desde 1979, 5.000.000 de km2.