El término “industrias creativas” comenzó a usarse hace unos 20 años para describir una serie de actividades, algunas de las cuales son de las más viejas de la historia y otras que solo aparecieron con el advenimiento de la tecnología digital. Muchas de esas actividades tenían fuertes raíces culturales y el término “industrias culturales” ya se usaba para describir al teatro, la danza, la música y el cine, las artes visuales aunque este término era controversial porque a muchos artistas no les gustaba pensr que lo que hacían era una industria.
Industrias o no, nadie puede dudar de que esas actividades crecían en importancia para la economía de muchos países y daba empleo a un gran número de personas. Pero ningún gobierno había intentado medir su aporte económico o pensar estratégicamente sobre su importancia excepto, tal vez, el gobierno norteamericano, que, durante casi 100 años protegió y fomentó su industria cinematográfica no sólo por su valor para la economía nacional sino porque proyectaba la cultura del país y su influencia en todo el mundo.
Aunque no constituían un “sector ” industrial fácilmente identificable como el aeroespacial, el farmacéutico o el automotor una cosa que todas estas actividades tenían en común era que dependían del talento creativo de los individuos y de la generación de propiedad intelectual. Además, pensarlas como “un sector” , por arbitraria que sea la definición, llevaba la atención al hecho de que formaban parte de una amplia gama de industrias y profesiones, desde publicidad hasta el turismo y era evidente que las habilidades y los estilos de trabajo del sector creativo comenzaban a tener impacto en otras áreas de la economía, especialmente en el uso de las tecnologías digitales.
Veinte años más tarde, el concepto de “industrias creativas” y su importancia, es reconocido por casi todos los gobiernos del mundo y está comenzando a dar paso a una idea mucho más inclusiva de “economía creativa”. En algunos países la definición de “sector creativo” gira alrededor de las artes y la cultura. Otros países tienen definiciones más amplias que incluyen, por ejemplo, alimentos y gastronomía sobre la base de que la comida y la cocina tienen importancia económica y cultural. Otros países tienen una definición que incluye industrias b2b bien establecidas, como editoriales, software, publicidad y diseño.
El 11º Plan Quinquenal de la República Popular China tiene como uno de sus temas centrales la necesidad de pasar del “Hecho en China” a “Diseñado en China” – una clásica manifestación de la idea que generar propiedad intelectual es más valioso en la economía del siglo 21 que la fabricación de productos.
Economía creativa
La economía creativa es uno de los sectores más dinámicos de la economía global con una enorme fuerza transformadora para el desarrollo socioeconómico. Trata de la intersección entre economía, cultura, tecnología y los aspectos sociales. Su gran motor, la creatividad.
Hoy muchos países reconocen que la combinación de cultura y comercio que representan las industrias creativas es una forma poderosa brindar una imagen clara de un país ayudándolo a destacarse entre sus competidores. El valor de los íconos culturales ampliamente reconocidos, como la Torre Eiffel en Francia, el Taj Mahal en India o la Ópera den Australia ha dado paso a distritos culturales que combinan la actividad artística con la comercial y representan muchos millones en inversiones.
