<p>Al cabo de un mes, la isla depone su “rebeldía” y se convierte en el segundo miembro de Eurolandia en allanarse, luego de Grecia y quizá antes de Portugal. El primer ministro Brian Cowen y el de hacienda, su tocayo Lenihan, declararon que “la comisión europea ha aceptado nuestra solicitud”.<br />
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En realidad, es Bruselas quien impone una receta de austeridad que, por cierto, no acaba de ser digerida por la gente en Grecia o la propia Alemania. Sea como fuere, este lunes se esperaba un acuerdo recién para diciembre. Los funcionarios irlandeses prefirieron no tocar el trasfondo político: las presiones del Banco Central Europeo y de países como Alemania misma, Francia, Holanda y Gran Bretaña.<br />
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Sin duda, Dublin vive esto como una humillación, olvidando que todo comenzó en una feroz burbuja inmobiliaria (2006/08) y en seis bancos privados que creían el mito del tigre celta como pasaporte a una globalización virtuosa. Entre viernes y lunes, entonces, una serie de reuniones entre la cúpula irlandesa, Bruselas (comisión europea) y Francfort (BCE) preludiaron la activación del mecanismo doble. El comunicado final lleva la firma de veinticinco ministros financieros de la Unión Europea, pero –por razones obvias- no figuran Irlanda ni Grecia.<br />
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Para la isla, el paquete implica un ajuste sobre otro inmediatamente anterior. Con un producto bruto interno que cayó 8% en 2009, que podría repetirse este año, el presupuesto 2011 prevé recortar gastos por € 6.000 millones. Entre ellos, 5% en subsidios a la familia y al desempleo. Pero en enero ya se habían hecho ajustes por € 3.500 millones y 3% de rebajas en salarios públicos. En esa oportunidad, € 50.000 millones regalados a los bancos dispararon el déficit a 32% del PBI.<br />
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Naturalmente, el salvamento europeo en curso tiene características diferentes, empezando por representar 16% del nuevo fondo para emergencias. A su vez, se ponen en marcha dos engranajes. Uno consiste en facilidades pro estabilidad financiera (FEF, € 500.000 millones de máximo), que se agotan en 2013. Los restantes 250.000 millones provendrán del Fondo Monetario Internacional en forma de créditos contingentes mucho más blandos que los otorgados a países en desarrollo durante la crisis sistémica de 1997/8. Una curiosidad: las FEF son operadas por una sociedad de responsabilidad limitada con domicilio de Luxemburgo (una plaza extraterritorial) y gerenciada por Klaun Regling, un econometrista alemán. <br />
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Prueba de fuego para la UE y el Fondo Monetario
Más que la crisis de Irlanda, este fin de semana se puso en juego un doble mecanismo de salvataje mediante un fondo de emergencia por 750.000 millones. Dublin aceptó un duro ajuste y su costo social para obtener alrededor de 125.000 millones.