La entidad aseguró que la baja del dólar “es arriesgada y no
genera deflación”, ya que el tipo de cambio viene cayendo desde
octubre, pero los precios continúan en alza.
Dijo que “el mayor interrogante surge cuando se quiere estimar
cuál va a ser la tasa de inflación anual para el 2003 habida
cuenta de la incertidumbre política y también de las variables
económicas”.
Ante la presencia de un hipotético escenario “caótico”, la
entidad que preside el economista Carlos Pérez proyectó una
inflación de alrededor del 150 por ciento.
“Claramente, esta posibilidad hoy es de baja probabilidad de
ocurrencia debido a que desde el segundo semestre de 2002 el
escenario económico ordenado fue desplazando al caótico y, además,
se vio fortalecido por el reciente miniacuerdo logrado con el
FMI”, indicó.
En tanto, ante un escenario “intermedio”, el índice de precios
experimentará un incremento de entre el 20 y el 40 por ciento,
según la Fundación.
Como última opción, la entidad postuló que la inflación podría
ubicarse en el 8 por ciento, en el mejor de los casos.
“Un aspecto a considerar en la evolución de los precios durante
este año va a ser sin ningún tipo de dudas la actual
reestructuración tarifaria de los servicios públicos, que por más
que se la postergue, terminará saliendo ya que forma parte de las
negociaciones con el FMI”, sostuvo la entidad.
En este sentido, según las estimaciones de la FC, la suba de
las tarifas tendrá una incidencia de unos 5 ó 6 puntos en la
inflación anual.
Asimismo, advirtió que “de cara al próximo bimestre, existen un
conjunto de razones que podrían alentar una mayor volatilidad con
tendencia a una nueva depreciación del peso”.
“Si esto ocurre, se vuelve a correr el riesgo de ingresar en
una nueva ronda de alzas de precios con el consiguiente efecto
negativo sobre la inflación”, alertó.
Consideró que, “en lo coyuntural, ingresamos en una etapa de
elevada incertidumbre electoral, que se combina con un nuevo
frente de riesgo productos de las alternativas que tenga la
redolarización de los depósitos y la reciente discusión sobre el
objeto de apertura del corralón”.
“En lo estructural, sigue existiendo un desbalance claro entre
una oferta de divisas que opera a pleno y una demanda que sigue
estando reprimida”, indicó la entidad.
Por otra parte, la inflación de bolsillo, que mide la variación
de los precios de los productos que la gente realmente consume,
aumentó 1,4 por ciento durante la primera semana de marzo, de
acuerdo con datos elaborados por la consultora CCR.
De esta manera, este indicador acumuló una suba del 81,9 por
ciento desde la devaluación del peso, producida en enero del año
pasado.
Según CCR, que elabora este índice, el “importante” aumento en
los precios obedeció al aumento en la compra de productos de mayor valor agregado.
La consultora vinculó el alza en el nivel de compras a la
disponibilidad dinero con la que cuenta la gente a principios de
mes.
“Esta señal es un indicio de tendencia que podría estar dando
pautas de recuperación muy propicias de cara al consumo para
2003”, sostuvo.
La entidad aseguró que la baja del dólar “es arriesgada y no
genera deflación”, ya que el tipo de cambio viene cayendo desde
octubre, pero los precios continúan en alza.
Dijo que “el mayor interrogante surge cuando se quiere estimar
cuál va a ser la tasa de inflación anual para el 2003 habida
cuenta de la incertidumbre política y también de las variables
económicas”.
Ante la presencia de un hipotético escenario “caótico”, la
entidad que preside el economista Carlos Pérez proyectó una
inflación de alrededor del 150 por ciento.
“Claramente, esta posibilidad hoy es de baja probabilidad de
ocurrencia debido a que desde el segundo semestre de 2002 el
escenario económico ordenado fue desplazando al caótico y, además,
se vio fortalecido por el reciente miniacuerdo logrado con el
FMI”, indicó.
En tanto, ante un escenario “intermedio”, el índice de precios
experimentará un incremento de entre el 20 y el 40 por ciento,
según la Fundación.
Como última opción, la entidad postuló que la inflación podría
ubicarse en el 8 por ciento, en el mejor de los casos.
“Un aspecto a considerar en la evolución de los precios durante
este año va a ser sin ningún tipo de dudas la actual
reestructuración tarifaria de los servicios públicos, que por más
que se la postergue, terminará saliendo ya que forma parte de las
negociaciones con el FMI”, sostuvo la entidad.
En este sentido, según las estimaciones de la FC, la suba de
las tarifas tendrá una incidencia de unos 5 ó 6 puntos en la
inflación anual.
Asimismo, advirtió que “de cara al próximo bimestre, existen un
conjunto de razones que podrían alentar una mayor volatilidad con
tendencia a una nueva depreciación del peso”.
“Si esto ocurre, se vuelve a correr el riesgo de ingresar en
una nueva ronda de alzas de precios con el consiguiente efecto
negativo sobre la inflación”, alertó.
Consideró que, “en lo coyuntural, ingresamos en una etapa de
elevada incertidumbre electoral, que se combina con un nuevo
frente de riesgo productos de las alternativas que tenga la
redolarización de los depósitos y la reciente discusión sobre el
objeto de apertura del corralón”.
“En lo estructural, sigue existiendo un desbalance claro entre
una oferta de divisas que opera a pleno y una demanda que sigue
estando reprimida”, indicó la entidad.
Por otra parte, la inflación de bolsillo, que mide la variación
de los precios de los productos que la gente realmente consume,
aumentó 1,4 por ciento durante la primera semana de marzo, de
acuerdo con datos elaborados por la consultora CCR.
De esta manera, este indicador acumuló una suba del 81,9 por
ciento desde la devaluación del peso, producida en enero del año
pasado.
Según CCR, que elabora este índice, el “importante” aumento en
los precios obedeció al aumento en la compra de productos de mayor valor agregado.
La consultora vinculó el alza en el nivel de compras a la
disponibilidad dinero con la que cuenta la gente a principios de
mes.
“Esta señal es un indicio de tendencia que podría estar dando
pautas de recuperación muy propicias de cara al consumo para
2003”, sostuvo.
