El editorial apareció en BioScience esta semana. Allí dicen los firmantes que “la población mundial – que sigue creciendo a razón de 80 millones por año — debería estabilizarse o, mejor aún, reducirse”.
La publicación del informe se produjo exactamente al día siguiente de que la Administración Donald Trump notificara formalmente a Naciones Unidas su intención de retirarse del acuerdo climático firmado en París. Dos años atrás Trump anunció planes de retirarse del acuerdo que se propone limitar el calentamiento global a menos de 2º, pero Estados Unidos continuó enviando delegaciones a las reuniones climáticas que activaban negociaciones.
El lunes fue el primer día en que fue técnicamente posible para Washington solicitar formalmente su retiro, un proceso que durará otro año en completarse.
Al ser Estados Unidos el primer país en retirarse del acuerdo firmado por 187 países, una carta publicada en Bioscience y firmada por 11.000 advierte los innombrables peligros que afronta la humanidad a menos que se hagan cambios fundamentales para contener el calentamiento global.
El Acuerdo de París es una política que fue celebrada por la administración Obama y la salida de Estados Unidos es ferozmente repudiada por los abogados del clima.
“Abandonar el Acuerdo de París es una abdicación de liderazgo que la amplia mayoría de los norteamericanos resiente”, dijo Michael Bloomberg, ex alcalde de Nueva York. Bloomberg ayudó a gestar una coalición de ciudades y estados del país que han prometido reducir sus emisiones de acuerdo con el pacto de París y a pesar de la decisión del gobierno federal.
Trump sostiene que el Acuerdo es una amenaza para lsos empleos y la economía de Estados Unidos, aunque todos los países fijan sus propias metas según los términos del pacto.
El editorial
Los autores, científicos de una cantidad de sectores, proponen, entre otras cosas, generalizar la planificación familiar para reducir las tasas de fertilidad, mejorar la educación para niñas y jóvenes y aumentar la igualdad de género.
Pero como las naciones ricas tienen ya tasas de natalidad estables o declinantes, la propuesta parece dirigida a las naciones en desarrollo de rápido crecimiento. O sea, específicamente países en Asia y África.
El editorial cita la proyección de Naciones Unidas que dice que nueve países representarán más de la mitad del crecimiento de aquí al 2050. Ellos son India, Nigeria, Pakistán, República Democrática del Congo, Etiopía, República Unida de Tanzania, Indonesia, Egipto y Estados Unidos.
Arvind Ravikumar, profesor de ingeniería energética en la Universidad de Harrisburg, resume las críticas en Twitter: “Un grupito de blancos en el mundo desarrollado diciendo que hay que reducir la población es la definición del imperialismo”.
Además, una explicación científica del argumento podría ser usada también para justificar tácticas más agresivas de control poblacional o actitudes racistas hacia los países en desarrollo que más crecen.
Muchos nombres prominentes en la ciencia del clima no están en la lista de firmas y muchos de los que figuran trabajan en áreas por fuera del clima y la energía.
A algunos, la propuesta les recuerda períodos oscuros en el movimiento ambiental, cuando varias organizaciones y personalidades invocaron la pro-genesia y las visiones anti-inmigratorias.
La ONU proyecta que la población global podría crecer de 7.700 millones a 9.700 millones en 2050 y para finales del siglo, a 11.000 millones.
Menos personas van a producir menos gases de invernadero y harían alguna diferencia en el cambio climático. Pero ya sea que seamos 9, 10 u 11 mil millones en las próximas décadas, el mundo va a seguir bombeando peligrosas cantidades de polución si no se solucionan de raíz los problemas ocasionados por los sistemas de energía, transporte y alimentación.
Otros advierten inconsistencias en los remedios propuestos para el cambio climático por el trabajo publicado en BioScience. Una, los autores dicen que el mundo necesita cambiar las prioridades económicas: alejarse del crecimiento del producto bruto nacional y acercarse a las necesidades básicas humanas y reducir la desigualdad.
Sin embargo, el aumento del PBI en muchas partes del mundo refleja una disminución de la desigualdad porque los pobres en naciones en desarrollo se elevan hacia la clase media, dice Jesse Reynolds, de la Universidad de California, Los Angeles. Y al menos en las primeras etapas, el desarrollo económicos suele relacionarse con declinación en la tasa de natalidad, de modo que si se logra ralentar el crecimiento del PBI se podría complicar los esfuerzos por ralentar el crecimiento poblacional.
Muchos nombres prominentes en la ciencia del clima no figuran en la lista de signatarios y muchos de los investigadores que sí pusieron sus nombres trabajan en áreas que nada tienen que ver con el clima y la energía. Un nombre notable que aparece es el de James Hansen, profesor adjunto de la Universidad de Columbia, quien es considerado el padre de la investigación del clima por sus influyentes estudios en el tema.
Otras propuestas del trabajo para combatir el cambio climático son más aceptadas, como cambiar agresivamente a fuentes energéticas de menor emisión de carbono, reducir los potentes contaminantes del clima, como el metano y prevenir mayor pérdida de ecosistemas naturales y la biodiversidad y reducir el consumo de productos animales.
En informe en cuestión comienza con estas palabras: Los científicos tienen la obligación moral de advertir claramente a la humanidad sobre cualquier amenaza catastrófica y “contarla como es”. Sobre la base de esa obligación y de los indicadores gráficos presentados más abajo, declaramos, con más de 11.000 firmantes de todo el mundo, clara e inequívocamente que el planeta tierra afronta una emergencia climática”.