Pronóstico reservado sobre la economía en los máximos niveles de decisión empresarial

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Las expectativas de los hombres de negocios se han ensombrecido y no sólo por el conflicto con el campo: los Ceo de Pyme son pesimistas y la gran banca está desencantada. Los vaticinios ratifican una desaceleración de los indicadores.

<p>Pesimistas presagios sobre la econom&iacute;a argentina alberga la casi totalidad de los Ceo de 200 Pyme de Capital y Gran Buenos Aires consultados por Vistage, la entidad mundial que se especializa en altos directivos de empresas que no alcanzan el rango de corporaciones. </p><p>Mientras 67 % espera para los pr&oacute;ximos doce meses peores condiciones y 23 % similares, apenas 10 % mantiene expectativas favorables.</p><p>La encuesta trimestral efectuada por la organizaci&oacute;n para elaborar su &iacute;ndice de confianza atribuye en 77 % la causa de la crisis actual al conflicto entre el campo y el gobierno por las retenciones m&oacute;viles. O sea, descarta que la inflaci&oacute;n que ya se consolidaba antes de estallar la protesta rural hace cuatro meses, o el faltante de energ&iacute;a, hayan tenido que ver en la desaceleraci&oacute;n que se advierte por estos d&iacute;as de la actividad econ&oacute;mica.</p><p>S&oacute;lo 17 % asegur&oacute; que la situaci&oacute;n se mantuvo y s&oacute;lo 7% dijo que hab&iacute;a mejorado. </p><p>Las Pyme han sido las m&aacute;s permeables al freno que impuso, desde las econom&iacute;as regionales hacia los centros urbanos, el paro agropecuario. Al detenerse la cadena de pagos, la actitud conservadora priv&oacute; sobre los planes de producci&oacute;n inerciales del a&ntilde;o.</p><p>Una muestra de la repercusi&oacute;n negativa que la situaci&oacute;n general ha tenido para las Pyme es que el secretario del &aacute;rea, Eric Calcagno, abandon&oacute; el cargo a fin de reintegrarse al Senado y sumar su voto al oficialismo, sin que hasta ahora siquiera se haya hablado de reemplazo.</p><p>Las peque&ntilde;as y medianas empresas han sido las primeras en sentir los efectos del reacomodamiento macroecon&oacute;mico en marcha, ya que la apreciaci&oacute;n de la moneda complica la competitividad de las expuestas al comercio exterior y el aumento de las tasas de inter&eacute;s encarece su financiamiento. </p><p><strong>Desencanto de la banca</strong></p><p>De ah&iacute; el pesimismo que trasciende de su interior. Aunque desde otros cuadrantes surgen voces que reflejan desaliento sobre la marcha del modelo. Por ejemplo, el banquero espa&ntilde;ol, Francisco Luz&oacute;n, se mostr&oacute; desilusionado con la marcha del sistema financiero argentino y de la previsibilidad del pa&iacute;s que le prometiera en persona el ex presidente N&eacute;stor Kirchner, en 2003.</p><p>&quot;Nos encantar&iacute;a participar del Acuerdo del Bicentenario y el gobierno sabe la posici&oacute;n del banco Santander. Nosotros nos sentimos argentinos y, de hecho, a todos los presidentes les hemos demostrado el compromiso con el pa&iacute;s. Le dir&iacute;a que pocos bancos han dado tantas pruebas de amor como dimos nosotros. Cuando el presidente Kirchner nos dijo que &iacute;bamos a jugar en una nueva cancha, pues jugamos en una nueva cancha. Hemos dado m&aacute;s cr&eacute;ditos que nadie, hemos dado financiaci&oacute;n al consumo, a pymes. Nos pidieron que di&eacute;ramos cr&eacute;ditos hipotecarios, pues dimos cr&eacute;ditos. Pero es que la Argentina no nos corresponde y cuando se nos discrimina en este tipo de di&aacute;logos, pues no nos gusta&quot;, peror&oacute; Luz&oacute;n.<br /></p>

<p>Y termin&oacute; exhortando: &quot;La Argentina, con el actual viento a favor, tiene una gran oportunidad de consolidar un crecimiento sostenible y a eso no se puede renunciar como pa&iacute;s. Y la sensaci&oacute;n que uno tiene es que no se est&aacute; aprovechando la oportunidad. La estamos perdiendo, aunque creo que no es tarde. Estamos a tiempo&quot;. </p>
<p><strong>Deterioro en la confianza</strong></p>
<p>El informe semestral de la consultora Prefinex, firmado por los economistas Nicol&aacute;s Bridger y Osvaldo Cado, transmite la dram&aacute;tica conclusi&oacute;n de que la confianza local y externa se deterior&oacute; notablemente y las perspectivas no son buenas. &quot;Aunque en los pr&oacute;ximos meses la actual administraci&oacute;n comenzara a gobernar nuevamente, reencaminando, entre otras cosas, la cuesti&oacute;n tarifaria y las negociaciones con el Club de Par&iacute;s, no se ver&aacute;n resultados sino hasta 2010/2011&quot;, se&ntilde;ala.</p>
<p>La hip&oacute;tesis de Bridger y Cado es que nada garantiza la continuidad de precios de commodities tan altos como los actuales, ya que est&aacute; en marcha un ajuste de las principales potencias, como Estados Unidos y China, y que se podr&iacute;a estar en la antesala de un rebote que fortalecer&iacute;a al d&oacute;lar. En tal sentido, recuerda que el gigante asi&aacute;tico aument&oacute; 20 % los combustibles y aplica restricciones monetarias, lo cual moderar&iacute;a las altas tasas de crecimiento de los &uacute;ltimos cinco a&ntilde;os, que en promedio fueron de 10,4 % anual. </p>
<p>En ese contexto, los vencimientos de capital e intereses de deuda en el 2009 suman US$ 16.500 millones, que sin acceso a los mercados internacionales s&oacute;lo podr&aacute;n afrontarse mediante m&aacute;s subas de impuestos, desregulaci&oacute;n de precios, aportes de Anses, AFJP, Banco Central y colocaci&oacute;n de m&aacute;s bonos en Venezuela.</p>
<p>La pregunta es qu&eacute; har&aacute; el gobierno si se aprecia el d&oacute;lar y los precios internacionales de los commodities se mantienen o incluso bajan. </p>
<p>El reporte trimestral de Prefinex proyecta un crecimiento del 7 %, 0,5 % menos que el estimado antes de desatarse la crisis con el campo, que hacia el a&ntilde;o venidero arrastrar&iacute;a un 5 %. El enfriamiento previsto y el amesetamiento de los precios internacionales har&aacute;n bajar la inflaci&oacute;n del 24 al 15 % en 2009, en tanto que el super&aacute;vit fiscal primario, de 2,8 % este a&ntilde;o subir&iacute;a 0,1 punto al per&iacute;odo siguiente. Y el saldo comercial resignar&iacute;a 1.400 millones en 2009, de los US$ 9.457 millones que se esperan para este a&ntilde;o.</p>
<p>La tesis que exponen Bridger y Cado consiste en que 2009 ya se jug&oacute; y la mirada se posa sobre 2010. En tal sentido, observan que la demanda agregada est&aacute; desaceler&aacute;ndose como consecuencia del deterioro de los salarios reales, lo cual incide sobre el consumo privado local. </p>
<p>Tambi&eacute;n por la misma raz&oacute;n se da una menor creaci&oacute;n de empleo. El contexto est&aacute; dado por escasos incentivos para invertir a largo plazo, lo mismo que para exportar, y el status adquirido de proveedor poco confiable. Y desde el plano &iacute;ntimo, la administraci&oacute;n kirchnerista ha optado por desacelerar el gasto p&uacute;blico &quot;como un intento disimulado, descoordinado y parcial de controlar la inflaci&oacute;n&quot;. </p>
<p>Advierten en consecuencia que adem&aacute;s de estancarse el consumo privado local, ocurre algo similar con el p&uacute;blico y el externo.</p>
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