Producciones regionales en situación de colapso

La crisis que vive Entre Ríos podría trasladarse a otras provincias que también padecen severos contratiempos, con producciones paralizadas y reclamos que no obtienen respuestas de las autoridades. Por Luis A. Gramuglia

28 septiembre, 2001

(NA). – Las crisis de las producciones regionales impactan sobre la gente, las provincias, las ciudades. Para muestra basta señalar lo que ocurre en Entre Ríos donde, en una insólita decisión, el gobierno provincial decidió asueto administrativo durante 3 días. Se trata de una provincia con una oferta citrícola y arrocera importante, sectores que hoy atraviesan serias dificultades que impactan, de un modo dramático, en la situación socio-económica de ese distrito.

Lo que pasa en Entre Ríos podría trasladarse a otras provincias que también padecen severos contratiempos. Hay producciones regionales que están paralizadas. Los productores tamberos han resuelto agruparse en una Mesa de la Producción Lechera para reclamar un precio que permita “una rentabilidad sustentable”.

En una declaración, señalan que “la producción lechera está sufriendo la peor crisis de las últimas décadas como consecuencia de una baja generalizada de los precios desde 1998”. Agregan que “el volumen total ordeñado registra caídas consecutivas desde hace dos años. Han desaparecido más de 1.500 millones de litros anuales que representan 15% de la producción nacional y las vacas de descarte valen lo que cuesta un cinturón y un par de zapatos”.

La otrora pujante actividad láctea transita, a la luz de lo que señalan los tamberos, por un camino lleno de rispideces. Los productores han pedido a las autoridades que convoque a una reunión de toda la cadena “para que en un plazo perentorio se acuerde un precio rentable para la producción”. En caso que ello no ocurra, solicitan que el Estado intervenga
para restablecer el equilibrio”.

En un contexto difícil, muy complicado, con fuertes restricciones presupuestarias, no se alza ninguna voz para reclamar la discusión acerca del rol del complejo agro-industrial.

El Congreso está paralizado pues muchos legisladores participan de campañas políticas. La parálisis llega en un momento en que, por el contrario, los legisladores deberían trabajar a destajo, lo cual genera una enorme sensación de frustración entre la gente.

Ahí está el tema de las inundaciones cuya resolución aparece lejana. Suponiendo que se consiguieran los millonarios fondos para solventar el Plan Maestro de la Cuenca del Salado, su realización llevaría un tiempo prolongado.

El intendente de Bolívar, Juan Carlos Simón le dijo a Canal Rural Noticias, que desde hace 15 años el distrito vive en emergencia o desastre por las inundaciones. Quince años sin que hubieran planteado soluciones de fondo a un verdadero drama que se reproduce en otras localidades del interior bonaerense.

La Nación debe asumir el problema de las inundaciones como una cuestión de Estado y convocar a las provincias involucradas a encontrar un camino consensuado. No es posible que una provincia, una municipalidad o un productor realicen cualquier canal para evacuar el agua hacia cualquier parte.

El titular del Instituto de Clima y Agua, César Rebella dijo que la cuenca del Salado no está en capacidad de recibir más agua. Y esto podría ocurrir si Santa Fe decide activar la evacuación del excedente de la laguna La Picasa a través de una de las alternativas existentes. Es decir que, en última instancia, no se resuelve una situación que reclama un plan integral, sino que se traslada el problema de un lugar a otro. Porque si el agua excedente de La Picasa es liberada, la región de Junín, en el noroeste bonaerense, con sus lagunas de Gómez, Mar Chiquita y El Carpincho se verá seriamente comprometida.

(NA). – Las crisis de las producciones regionales impactan sobre la gente, las provincias, las ciudades. Para muestra basta señalar lo que ocurre en Entre Ríos donde, en una insólita decisión, el gobierno provincial decidió asueto administrativo durante 3 días. Se trata de una provincia con una oferta citrícola y arrocera importante, sectores que hoy atraviesan serias dificultades que impactan, de un modo dramático, en la situación socio-económica de ese distrito.

Lo que pasa en Entre Ríos podría trasladarse a otras provincias que también padecen severos contratiempos. Hay producciones regionales que están paralizadas. Los productores tamberos han resuelto agruparse en una Mesa de la Producción Lechera para reclamar un precio que permita “una rentabilidad sustentable”.

En una declaración, señalan que “la producción lechera está sufriendo la peor crisis de las últimas décadas como consecuencia de una baja generalizada de los precios desde 1998”. Agregan que “el volumen total ordeñado registra caídas consecutivas desde hace dos años. Han desaparecido más de 1.500 millones de litros anuales que representan 15% de la producción nacional y las vacas de descarte valen lo que cuesta un cinturón y un par de zapatos”.

La otrora pujante actividad láctea transita, a la luz de lo que señalan los tamberos, por un camino lleno de rispideces. Los productores han pedido a las autoridades que convoque a una reunión de toda la cadena “para que en un plazo perentorio se acuerde un precio rentable para la producción”. En caso que ello no ocurra, solicitan que el Estado intervenga
para restablecer el equilibrio”.

En un contexto difícil, muy complicado, con fuertes restricciones presupuestarias, no se alza ninguna voz para reclamar la discusión acerca del rol del complejo agro-industrial.

El Congreso está paralizado pues muchos legisladores participan de campañas políticas. La parálisis llega en un momento en que, por el contrario, los legisladores deberían trabajar a destajo, lo cual genera una enorme sensación de frustración entre la gente.

Ahí está el tema de las inundaciones cuya resolución aparece lejana. Suponiendo que se consiguieran los millonarios fondos para solventar el Plan Maestro de la Cuenca del Salado, su realización llevaría un tiempo prolongado.

El intendente de Bolívar, Juan Carlos Simón le dijo a Canal Rural Noticias, que desde hace 15 años el distrito vive en emergencia o desastre por las inundaciones. Quince años sin que hubieran planteado soluciones de fondo a un verdadero drama que se reproduce en otras localidades del interior bonaerense.

La Nación debe asumir el problema de las inundaciones como una cuestión de Estado y convocar a las provincias involucradas a encontrar un camino consensuado. No es posible que una provincia, una municipalidad o un productor realicen cualquier canal para evacuar el agua hacia cualquier parte.

El titular del Instituto de Clima y Agua, César Rebella dijo que la cuenca del Salado no está en capacidad de recibir más agua. Y esto podría ocurrir si Santa Fe decide activar la evacuación del excedente de la laguna La Picasa a través de una de las alternativas existentes. Es decir que, en última instancia, no se resuelve una situación que reclama un plan integral, sino que se traslada el problema de un lugar a otro. Porque si el agua excedente de La Picasa es liberada, la región de Junín, en el noroeste bonaerense, con sus lagunas de Gómez, Mar Chiquita y El Carpincho se verá seriamente comprometida.

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