Primer encontronazo rumbo al Club de París

El staff del FMI insta a subir las tasas para combatir la inflación y Kirchner las fuerza a la baja. Habíamos anticipado que la “línea” de Washington no facilitaría el trámite para sortear auditorías y regularizar la deuda en default con Europa.

17 octubre, 2007

Peirano se topará con esa realidad en la asamblea anual, luego de protagonizar
el show mediático de baja de tasas con los bancos.

El vicedirector del departamento de Investigación del Fondo Monetario
Internacional, Charles Collys, ratificó en conferencia de prensa lo dicho
por el jefe político saliente, el español Rodrigo Rato, acerca
de la preocupación por la inflación en la Argentina.

El ministro de Economía, Miguel Peirano, ya le había retrucado
al momento a Rato en duros términos y ahora, cuando está haciendo
las valijas para viajar a la reunión del FMI en Washington, la “línea”
volvió a advertirle al gobierno de Néstor Kirchner que la negociación
prometida en Buenos Aires por el virtual nuevo director gerente de la institución,
el francés Dominique Strauss-Kahn, será bastante más ardua
que un mero trámite.

Es que ya anticipamos, a contramano del optimismo que difundía la administración
Kirchner, que el staff del Fondo no le hará fácil a la Argentina
sortear las auditorías mediante un aval técnico para acceder a
una renegociación con el Club de París.

Y ya antes de empezar a hablar, el vocero de la institución marcó
el contraste entre el intento preelectoral de imponer una baja en las tasas
de interés y la recomendación del Fondo de subirlas para combatir
la inflación.

“Las tasas de interés reales son negativas. Creemos que hay espacio
para una política de ajuste monetario”, dijo Collyns.

Los precios al consumidor acumulan una suba de 5,8% en los primeros nueve meses
del año, según las cifras oficiales, que entidades de defensa
del consumidor y analistas afirman son manipuladas para mostrar una inflación
menor a la real.

El FMI tenía en abril una proyección de inflación para
Argentina de 10,3% para 2007 y de 12,7% para 2008, en línea con la estimación
del gobierno de Kirchner, que prevé un alza de precios de entre 7 y 11%
para ambos períodos.

El funcionario también dijo que es inevitable que el crecimiento del
país se modere luego de la fuerte expansión de los últimos
años y que el gobierno debería reducir el ritmo de expansión
del gasto público.

Show con los bancos

El presidente Néstor Kirchner presionó a los bancos para que
acepten bajar las tasas de interés y dejen constancia en un acta, igual
que como se hizo con los precios de la canasta familiar, con los resultados
prácticos ya conocidos.

Las entidades plantean que la liquidez que ofrece el gobierno para permitirles
prestar a 14 % anual no está garantizada en el tiempo y que, en consecuencia,
podrían quedar “descalzados” hasta que se cumpla el plazo del
recupero de las cuotas.

El primer mandatario usó palabras seductoras para los bancos con tal
de sumarlos a la foto: “No son enemigos de la sociedad”, y aseguró
que el gobierno busca con el sistema financiero la puesta en marcha de “políticas
de crédito estratégicas que garanticen la inversión”.

El jefe de Estado adelantó: “Vamos a seguir trabajando fuerte con
este tema en noviembre para encontrar las herramientas necesarias que consoliden”
la baja de tasas de interés.

Kirchner se expresó así en el marco de una reunión mantenida
con directivos de bancos públicos y privados en la Casa Rosada, donde
advirtió que la reducción en el costo del dinero irá “en
camino de bajar las expectativas inflacionarias”.

En tanto, el jefe de Estado consideró que el sistema financiero debe
ser un “soporte claro para lograr un país industrial y productivo”.

Confió que los bancos puedan volcar “entre $5.000 y 6.000 millones
más por año” para financiar a la actividad productiva. Y
dejó en claro que la baja de tasas “no será a costa de los
ahorristas”.

Las medidas

El paquete técnico que acompaña a la iniciativa oficial lejos
está de ir en línea con la opinión pública dada
por voceros del staff del FMI, previa a la reunión anual que se llevará
a cabo en Washington:

· Llevar de $ 2.000 millones a $ 3.000 millones el monto disponible
de la línea de pases activos a tasa fija que garantiza el acceso por
parte de las entidades en la proporción que sus depósitos representan
en el sistema financiero.
· Permitir que las entidades financieras accedan, a través del
mecanismo de pases activos a tasa fija, a financiamiento de corto plazo – 1
día – a la tasa de 9,75% anual.
· Proveer de liquidez adicional al mercado monetario a través
de la renovación parcial del vencimiento de títulos del Banco
Central que opera esta semana. Esto significó una inyección adicional
de $ 600 millones a partir de la fecha.
· Reducir la tasa de los pases activos a 30 días de plazo desde
10,75% a 10,625% anual.
· Duplicar el plazo máximo ofrecido en pases activos a tasa fija,
llevándolo desde los actuales 30 días a 60 días, y a una
tasa de financiamiento de 10,75% anual.

Paralelo con las góndolas

Los banqueros aplicarían un procedimiento similar al empleado por las
grandes cadenas de supermercados para cumplir con las imposiciones oficiales.

Así como los carteles de adhesión a los precios rebajados no
se reflejan en los tickets de caja de los comercios, tampoco lo que digan las
pizarras se volcará necesariamente a las ventanillas.

Según “Ambito Financiero”, un banquero comentó, off
the record por supuesto: “Nosotros vamos a pedir carpetas y más
carpetas hasta que se cansen y desistan del trámite. Esto es como las
inversiones de los empresarios. Van a ver al Presidente y le dicen: en los próximos
años invertiremos cientos de millones de dólares. Y no lo hacen.
Al año siguiente vuelven con otro anuncio similar y así sucesivamente.
El Presidente queda contento porque sale el anuncio en los diarios. Luego, si
se invierte o no, es otro tema. Todo es virtual. Con los anuncios alcanza, no
importan los hechos”.

Y agregó: “El Central amplió de $ 2 mil millones a $ 3 mil
millones las líneas de pases activos, es decir, el dinero que se les
presta a los bancos. Ya con $ 2 mil millones sobraba, los bancos no tomábamos
todo porque no nos sirven estas líneas. Aunque aumentó el plazo
de 30 a 60 días, es un plazo corto. Si yo tomo dinero a 60 días
a la tasa subsidiada del Central y lo presto a una empresa a 1 año o
año y medio, ¿quién me asegura que dentro de 60 días
el Central me renueva la plata?”.

Un dato revelador: “En agosto, cuando necesitamos liquidez, el Central
se borró y no nos recompró las Nobac. Esa fue una agachada que
el sistema no perdona”.

Mar de fondo

El descontento que existe entre los banqueros se canaliza hacia la conducción
de la Asociación de Bancos Argentinos, a cuyo frente está Mario
Vicens. Le achacan no transmitir en niveles decisorios la inquietud del sector
y que las conversaciones que encaró últimamente con Martín
Redrado y Miguel Peirano no pasaron de una formalidad.

El malestar entre la banca extranjera aumentó en las últimas
jornadas, dado que la silente estrategia de comunicación de ABA y el
escaso poder de lobby de la dirigencia no ejercieron suficiente peso para evitar
que el propio Néstor Kirchner volviera a utilizarlos como blanco de críticas
que retrotraen al pasado justo en el medio de la campaña electoral.

En la Asociación de Bancos Argentinos, los cuestionamientos son más
tibios, pero gracias a la llegada directa de Jorge Britos a la Casa Rosada.

Las entidades que agrupan a los principales bancos del país se reunieron
con el presidente Néstor Kirchner en Casa de Gobierno, para refrendar
un acuerdo que permita mejorar las condiciones de los créditos, junto
a una rebaja en las tasas de interés.

Estuvieron presentes los principales directivos de la Asociación de
Bancos de la Argentina (ABA), la Asociación de Bancos Privados de Capitales
Argentinos (ADEBA) y la Asociación de Bancos Públicos y Privados
de la República Argentina (ABAPPRA), junto con el ministro de Economía,
Miguel Peirano; el titular del Banco Central, Martín Redrado, y el secretario
de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Cumplida la formalidad, el ministro Peirano pondrá proa hacia la misión
que le aguarda en Estados Unidos. Procurará dar pasos concretos para
reestablecer las negociaciones por la deuda de US$ 6.200 millones con el Club
de París en la reunión anual del Fondo Monetario Internacional
(FMI) y el Banco Mundial (BM), que se celebrará del 20 al 22 de octubre
en Washington.

Además de la mala disposición de los funcionarios de línea
del FMI que le espera afrontar, Peirano deberá moverse con cautela para
que no trasciendan compromisos concretos de ninguna índole hasta que
se conozca el resultado de las elecciones en la Argentina.

El ministro viaja hoy a la capital estadounidense, junto con el secretario
de Finanzas, Sergio Chodos, el secretario de Política Económica,
Oscar Tangelson, y el jefe de Gabinete de asesores, Javier Alvarado. La otra
pata fuerte de la delegación argentina para la asamblea será la
presencia del titular del Banco Central, Martín Redrado.

Peirano se topará con esa realidad en la asamblea anual, luego de protagonizar
el show mediático de baja de tasas con los bancos.

El vicedirector del departamento de Investigación del Fondo Monetario
Internacional, Charles Collys, ratificó en conferencia de prensa lo dicho
por el jefe político saliente, el español Rodrigo Rato, acerca
de la preocupación por la inflación en la Argentina.

El ministro de Economía, Miguel Peirano, ya le había retrucado
al momento a Rato en duros términos y ahora, cuando está haciendo
las valijas para viajar a la reunión del FMI en Washington, la “línea”
volvió a advertirle al gobierno de Néstor Kirchner que la negociación
prometida en Buenos Aires por el virtual nuevo director gerente de la institución,
el francés Dominique Strauss-Kahn, será bastante más ardua
que un mero trámite.

Es que ya anticipamos, a contramano del optimismo que difundía la administración
Kirchner, que el staff del Fondo no le hará fácil a la Argentina
sortear las auditorías mediante un aval técnico para acceder a
una renegociación con el Club de París.

Y ya antes de empezar a hablar, el vocero de la institución marcó
el contraste entre el intento preelectoral de imponer una baja en las tasas
de interés y la recomendación del Fondo de subirlas para combatir
la inflación.

“Las tasas de interés reales son negativas. Creemos que hay espacio
para una política de ajuste monetario”, dijo Collyns.

Los precios al consumidor acumulan una suba de 5,8% en los primeros nueve meses
del año, según las cifras oficiales, que entidades de defensa
del consumidor y analistas afirman son manipuladas para mostrar una inflación
menor a la real.

El FMI tenía en abril una proyección de inflación para
Argentina de 10,3% para 2007 y de 12,7% para 2008, en línea con la estimación
del gobierno de Kirchner, que prevé un alza de precios de entre 7 y 11%
para ambos períodos.

El funcionario también dijo que es inevitable que el crecimiento del
país se modere luego de la fuerte expansión de los últimos
años y que el gobierno debería reducir el ritmo de expansión
del gasto público.

Show con los bancos

El presidente Néstor Kirchner presionó a los bancos para que
acepten bajar las tasas de interés y dejen constancia en un acta, igual
que como se hizo con los precios de la canasta familiar, con los resultados
prácticos ya conocidos.

Las entidades plantean que la liquidez que ofrece el gobierno para permitirles
prestar a 14 % anual no está garantizada en el tiempo y que, en consecuencia,
podrían quedar “descalzados” hasta que se cumpla el plazo del
recupero de las cuotas.

El primer mandatario usó palabras seductoras para los bancos con tal
de sumarlos a la foto: “No son enemigos de la sociedad”, y aseguró
que el gobierno busca con el sistema financiero la puesta en marcha de “políticas
de crédito estratégicas que garanticen la inversión”.

El jefe de Estado adelantó: “Vamos a seguir trabajando fuerte con
este tema en noviembre para encontrar las herramientas necesarias que consoliden”
la baja de tasas de interés.

Kirchner se expresó así en el marco de una reunión mantenida
con directivos de bancos públicos y privados en la Casa Rosada, donde
advirtió que la reducción en el costo del dinero irá “en
camino de bajar las expectativas inflacionarias”.

En tanto, el jefe de Estado consideró que el sistema financiero debe
ser un “soporte claro para lograr un país industrial y productivo”.

Confió que los bancos puedan volcar “entre $5.000 y 6.000 millones
más por año” para financiar a la actividad productiva. Y
dejó en claro que la baja de tasas “no será a costa de los
ahorristas”.

Las medidas

El paquete técnico que acompaña a la iniciativa oficial lejos
está de ir en línea con la opinión pública dada
por voceros del staff del FMI, previa a la reunión anual que se llevará
a cabo en Washington:

· Llevar de $ 2.000 millones a $ 3.000 millones el monto disponible
de la línea de pases activos a tasa fija que garantiza el acceso por
parte de las entidades en la proporción que sus depósitos representan
en el sistema financiero.
· Permitir que las entidades financieras accedan, a través del
mecanismo de pases activos a tasa fija, a financiamiento de corto plazo – 1
día – a la tasa de 9,75% anual.
· Proveer de liquidez adicional al mercado monetario a través
de la renovación parcial del vencimiento de títulos del Banco
Central que opera esta semana. Esto significó una inyección adicional
de $ 600 millones a partir de la fecha.
· Reducir la tasa de los pases activos a 30 días de plazo desde
10,75% a 10,625% anual.
· Duplicar el plazo máximo ofrecido en pases activos a tasa fija,
llevándolo desde los actuales 30 días a 60 días, y a una
tasa de financiamiento de 10,75% anual.

Paralelo con las góndolas

Los banqueros aplicarían un procedimiento similar al empleado por las
grandes cadenas de supermercados para cumplir con las imposiciones oficiales.

Así como los carteles de adhesión a los precios rebajados no
se reflejan en los tickets de caja de los comercios, tampoco lo que digan las
pizarras se volcará necesariamente a las ventanillas.

Según “Ambito Financiero”, un banquero comentó, off
the record por supuesto: “Nosotros vamos a pedir carpetas y más
carpetas hasta que se cansen y desistan del trámite. Esto es como las
inversiones de los empresarios. Van a ver al Presidente y le dicen: en los próximos
años invertiremos cientos de millones de dólares. Y no lo hacen.
Al año siguiente vuelven con otro anuncio similar y así sucesivamente.
El Presidente queda contento porque sale el anuncio en los diarios. Luego, si
se invierte o no, es otro tema. Todo es virtual. Con los anuncios alcanza, no
importan los hechos”.

Y agregó: “El Central amplió de $ 2 mil millones a $ 3 mil
millones las líneas de pases activos, es decir, el dinero que se les
presta a los bancos. Ya con $ 2 mil millones sobraba, los bancos no tomábamos
todo porque no nos sirven estas líneas. Aunque aumentó el plazo
de 30 a 60 días, es un plazo corto. Si yo tomo dinero a 60 días
a la tasa subsidiada del Central y lo presto a una empresa a 1 año o
año y medio, ¿quién me asegura que dentro de 60 días
el Central me renueva la plata?”.

Un dato revelador: “En agosto, cuando necesitamos liquidez, el Central
se borró y no nos recompró las Nobac. Esa fue una agachada que
el sistema no perdona”.

Mar de fondo

El descontento que existe entre los banqueros se canaliza hacia la conducción
de la Asociación de Bancos Argentinos, a cuyo frente está Mario
Vicens. Le achacan no transmitir en niveles decisorios la inquietud del sector
y que las conversaciones que encaró últimamente con Martín
Redrado y Miguel Peirano no pasaron de una formalidad.

El malestar entre la banca extranjera aumentó en las últimas
jornadas, dado que la silente estrategia de comunicación de ABA y el
escaso poder de lobby de la dirigencia no ejercieron suficiente peso para evitar
que el propio Néstor Kirchner volviera a utilizarlos como blanco de críticas
que retrotraen al pasado justo en el medio de la campaña electoral.

En la Asociación de Bancos Argentinos, los cuestionamientos son más
tibios, pero gracias a la llegada directa de Jorge Britos a la Casa Rosada.

Las entidades que agrupan a los principales bancos del país se reunieron
con el presidente Néstor Kirchner en Casa de Gobierno, para refrendar
un acuerdo que permita mejorar las condiciones de los créditos, junto
a una rebaja en las tasas de interés.

Estuvieron presentes los principales directivos de la Asociación de
Bancos de la Argentina (ABA), la Asociación de Bancos Privados de Capitales
Argentinos (ADEBA) y la Asociación de Bancos Públicos y Privados
de la República Argentina (ABAPPRA), junto con el ministro de Economía,
Miguel Peirano; el titular del Banco Central, Martín Redrado, y el secretario
de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Cumplida la formalidad, el ministro Peirano pondrá proa hacia la misión
que le aguarda en Estados Unidos. Procurará dar pasos concretos para
reestablecer las negociaciones por la deuda de US$ 6.200 millones con el Club
de París en la reunión anual del Fondo Monetario Internacional
(FMI) y el Banco Mundial (BM), que se celebrará del 20 al 22 de octubre
en Washington.

Además de la mala disposición de los funcionarios de línea
del FMI que le espera afrontar, Peirano deberá moverse con cautela para
que no trasciendan compromisos concretos de ninguna índole hasta que
se conozca el resultado de las elecciones en la Argentina.

El ministro viaja hoy a la capital estadounidense, junto con el secretario
de Finanzas, Sergio Chodos, el secretario de Política Económica,
Oscar Tangelson, y el jefe de Gabinete de asesores, Javier Alvarado. La otra
pata fuerte de la delegación argentina para la asamblea será la
presencia del titular del Banco Central, Martín Redrado.

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