Precios mundiales en alza: ¿Qué provincias se benefician?

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Las provincias con mayor potencial para aprovechar la oportunidad de los altos precios serían aquellas que producen más commodities tradicionales y con ponderación significativa de sus exportaciones sobre el PBG.

En este grupo figuran varias provincias de la región Pampeana, caso de Santa Fe, Córdoba y La Pampa, a las que se agrega San Juan por su perfil minero. En cambio, entre las que exportan otros tipos de productos agropecuarios y agroindustriales, con dinámica de precios internacionales diferente a la de los commodities, aparecen Mendoza (vinos), Salta (porotos, tabaco) y Chubut (pescado).

No necesariamente tendrán la suerte de mayores precios externos, como advierte el informe de coyuntura del IERAL, de la Fundación Mediterránea. Una nota llamativa lo brinda Neuquén, principal provincia productora de petróleo, pero sus números muestran que es poco exportadora (a pesar de Vaca Muerta). Actualmente se beneficia, no tanto por el precio del petróleo, sino por el atractivo de la extracción no convencional (shale oil), con mayor productividad. También está el beneficio del Plan Gas, pero que con el tiempo podrá verse limitado, dada la falta de infraestructura de transporte.

Hay dos tipos de factores que puede limitar el aprovechamiento de estas oportunidades. Por un lado, los externos: i) ese aumento de precios, ¿es un fenómeno transitorio o durará varios años?, ii) ¿comprarán más bienes los países, en un contexto de menor crecimiento?

Entre los factores internos, varios están asociados a la actual política anti-inflacionaria, que pivotea sobre los controles de precios, junto al riesgo de una profundización del sesgo antiexportador de la política económica. Si en las medidas por anunciar se aumentan retenciones, supuestamente para beneficiar a los consumidores, se estaría cometiendo un error basado en un diagnóstico que sólo mira la “foto”, y no tiene en cuenta la dinámica.

Al tener Argentina el potencial de producir alimentos y energía, en un escenario en el que se eviten las crónicas distorsiones de precios relativos y aun con alimentos y energía más caros, los habitantes contarían con mayores ingresos, tal como ocurre en Canadá, Australia y Estados Unidos.

En cambio, de cerrarse más la economía, se desaprovecharían los precios internacionales. No se trata del perjuicio a los exportadores, sino de la interrupción de un ciclo de inversiones y empleos que podrían darse en este nuevo escenario. Por generar transitoriamente precios más bajos en alimentos y energía, se condena al país a extender el fenómeno del estancamiento.

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