La Presidenta quiere intentar con la fórmula Scioli- Zannini revalidar su gestión con la apuesta por un nuevo gobierno de orientación kirchnerista.
No se han tomado medidas de fondo en la administración de Cristina Kirchner, sino que desde el Ministerio de Economía se fueron atendiendo en general con mala praxis los problemas de la coyuntura a medida que fueron apareciendo, describe Eduardo Luis Fracchia, investigador senior de IAE Business Scholl de Universidad Austral, que dirige Juan Llach.
Se pidió desde la sociedad con insistencia un programa integral basado en la eliminación de la inflación. Queda para la próxima gestión.
Claramente ahora el problema mayor está en, además de contener la inflación, corregir el atraso cambiario y salir de la virtual recesión.
El gobierno históricamente ha dado incentivos al consumo por la vía del aumento del gasto público.
Aparentemente no se quiere contener el gasto en esta fase final de la administración kirchnerista.
Falta compromiso por el ajuste al que se lo percibe como antisocial.
Por otra parte, desde el Ministerio de Trabajo se impulsa la suba de salarios para recuperar el ingreso real perdido sobre todo en el sector público.
En el privado los aumentos son insuficientes y el salario real de 2015 seguramente caerá.
El aumento de los sueldos debe hacerse por productividad y en este sentido parecería que hay poco margen para crecer porque la economía aumentó en estos años su productividad a un ritmo bastante acotado.
En el frente de la política económica podría idealmente llegar a plantearse un conflicto entre Economía y el BCRA respecto a que variables corregir, aunque el poder de decisión lo tiene Axel Kicillof y Vanoli está alineado.
La economía sigue estando con buen nivel de monetización de pesos en términos del PIB.
No hay huida del dinero ni caída de los depósitos en moneda local aunque estaría aumentando la dolarización de los portafolios.
Hay un nivel de circulante respecto al Producto razonable en relación a la serie histórica.
La comunidad internacional y el FMI siguen sensibles por las actitudes a veces adolescentes de Argentina.
La necesidad de ir a un mayor acuerdo con el orden financiero internacional no es tanto por una mera cuestión de auditoría sino una genuina necesidad de financiamiento si no queremos seguir avanzando sobre las Reservas para pagar los compromisos (Ej: Boden 2015 en octubre).
El gobierno ha elegido el camino del financiamiento externo pero paga mayor tasa por esto.
La discusión de coyuntura en lo que resta de 2015 que brevemente hemos introducido es condicional al modo en que se conduzca la economía desde el poder de la dupla Cristina – Kicillof.
La credibilidad en el equipo económico de Cristina Kirchner por parte de los inversores externos y de los empresarios locales (argentinos o ejecutivos de multinacionales) es central para levantar una economía que está en terapia intermedia.
Es vital avanzar en las cuestiones sustantivas que fueron postergadas por la administración y que todavía no se han encarado con la convicción requerida por este gobierno.
Quizás nunca se asuman estas tareas pendientes por la conducción actual y puede perderse una oportunidad única que han aprovechado otros países.
El contexto internacional está más complicado (casos de Brasil, China y Grecia) y en concreto la situación por ahora favorable de Estados Unidos puede darse vuelta en algún momento.
Será entonces más difícil encarar reformas de mayor alcance como las que la sociedad reclama.