Pou se resistirá a ser removido

El banquero señaló que no se irá y que, entonces, para destituirlo deberán acusarlo en el Parlamento.

2 marzo, 2001

El presidente del Banco Central dejó en claro se deseo de mantenerse en su cargo pese a que la difusión del Senado norteamericano sobre maniobras de lavado de dólares por parte de bancos argentinos hizo recrudecer la presión para que abandone finalmente su lugar.

Pedro Pou ensaya, de esta manera, una estrategia para defenderse de los embates mediáticos que recibe tanto de miembros de la oposición como del propio oficialismo.

Hasta ayer, en el Gobierno convergían dos líneas sobre cómo resolver el tema Pou: por un lado estaban quienes, como Storani, proponían avanzar directamente hacia su destitución, previa acusación de la Bicameral parlamentaria.

Y , por el otro los que, como Colombo y el ministro de Economía, José Luis Machinea, preferían esperar un pedido de licencia por parte del propio Pou que les allanara el camino.

Esta última hipótesis comenzó a perder asidero en la realidad con las declaraciones del titular del Central; de hecho, Pou no se mostraría muy dispuesto a cooperar con una iniciativa de este tipo.

En el Gobierno esperan ahora que la Comisión Bicameral investigadora acelere los tiempos y produzca el dictamen acusatorio contra Pou en una semana.

Allí reconocen en la intimidad que los datos del informe del Senado de EE.UU. sólo alcanzarían para acusarlo de “mal desempeño” en sus funciones o de “negligencia”.

El presidente del Banco Central dejó en claro se deseo de mantenerse en su cargo pese a que la difusión del Senado norteamericano sobre maniobras de lavado de dólares por parte de bancos argentinos hizo recrudecer la presión para que abandone finalmente su lugar.

Pedro Pou ensaya, de esta manera, una estrategia para defenderse de los embates mediáticos que recibe tanto de miembros de la oposición como del propio oficialismo.

Hasta ayer, en el Gobierno convergían dos líneas sobre cómo resolver el tema Pou: por un lado estaban quienes, como Storani, proponían avanzar directamente hacia su destitución, previa acusación de la Bicameral parlamentaria.

Y , por el otro los que, como Colombo y el ministro de Economía, José Luis Machinea, preferían esperar un pedido de licencia por parte del propio Pou que les allanara el camino.

Esta última hipótesis comenzó a perder asidero en la realidad con las declaraciones del titular del Central; de hecho, Pou no se mostraría muy dispuesto a cooperar con una iniciativa de este tipo.

En el Gobierno esperan ahora que la Comisión Bicameral investigadora acelere los tiempos y produzca el dictamen acusatorio contra Pou en una semana.

Allí reconocen en la intimidad que los datos del informe del Senado de EE.UU. sólo alcanzarían para acusarlo de “mal desempeño” en sus funciones o de “negligencia”.

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