<p>El documento, que fue criticado, incluye como metas para las naciones el uso de energías renovables, la protección de los bosques y la erradicación de la pobreza y el hambre. El flamante presidente de Francia François Hollande fue uno de los primeros en manifestar sus reservas sobre los posibles resultados de esta reunión. Resaltó dos problemas: que el documento no pudo crear una agenda internacional para el desarrollo y la incapacidad para acordar formas adicionales para financiar el desarrollo sustentable, como por ejemplo gravando las transacciones financieras.</p>
<p>Los problemas son los de siempre: delegados de las naciones más pobres denunciaron a Estados Unidos y a otros países industrializados por poner trabas a la redacción de un documento. El problema se enfoca en la transferencia de tecnología: desde Estados Unidos dicen que hacer eso implica violar los derechos de propiedad intelectual. Las naciones más pobres argumentan que, sin esa ayuda, jamás podrían construir fábricas sustentables.</p>
<p>Detrás de Rio+20 está la influencia de la crisis económica. Muchos presidentes no han podido asistir, entre ellos Mario Monti, de Italia. Los delegados dicen que, con la turbulencia que impera en los mercados será imposible ponerse de acuerdo para financiar el desarrollo sustentable de países pobres. Entre quienes no participan se encuentran el Presidente estadounidense Barack Obama, el primer ministro David Cameron y la canciller Ángela Merkel, lo que le resta legitimidad al evento. </p>
<p>Líderes de todo el mundo se reunieron ayer en la ciudad de Río de Janeiro para asistir a los tres días de conferencia sobre desarrollo sustentable organizada por Naciones Unidas. Allí se redactó un primer documento, sobrio, con principios para proteger al medioambiente.</p>
<p>Durante meses se negoció el contenido del documento que, se esperaba, pondría metas concretas para que las naciones pudiesen promover el desarrollo sustentable. Es decir, avanzar en materia económica sin malgastar los recursos de la tierra. Pero cercanos a la fecha de apertura temas sensibles como el financiamiento para el desarrollo de países no industrializados y la transferencias de tecnología de países ricos a otros más pobres quedaron afuera de agenda.</p>
<p>Los diplomáticos reunidos coincidieron en apenas un punto de partida, el primer paso hacia una “hoja de ruta” que debería servir para tratar estas cuestiones en esta conferencia aniversario en Rio, veinte años después de la primera celebrada en 1992. Pero evidentemente la reunión va a terminar, otra vez, con promesas para la próxima.</p>
<p>Los críticos, pues los apremiantes temas económicos y ecológicos no van a tener el tiempo necesario para tratarse en profundidad como para arribar a alguna conclusión. El director de Greenpiece, en desacuerdo desde el comienzo, declaró que Rio+20 “no es la base sobre la que las economías pueden crecer y salir de la pobreza sino que será el testamento del modelo destructivo del siglo 20”.</p>
<p>Inclusive el secretario general de la ONU Bank Ki-moon reconoció que se ha progresado poco en cuestiones ambientales desde 1992 pero confía en que los líderes reunidos en Río+20 podrán revertir esta tendencia. “Hace veinte años la Cumbre de la tierra puso la sustentabilidad en la agenda pero nuestros esfuerzos no estuvieron a la altura de las circunstancias. Por mucho tiempo nos hemos comportado como si pudiésemos quemar y consumir el futuro. No podemos hacerlo más. El viejo modelo de desarrollo económico y progreso social se ha roto pero creo que Rio+20 nos dará una oportunidad de mejorar las cosas”, explicó de manera contundente.</p>
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