Plan Infraestructura: polémica
Algunos economistas han comenzado la discusión sobre la conveniencia, o no, del Plan de Infraestructura anunciado recientemente por el gobierno.
El plan de obras públicas, que el gobierno anunciara hace unos días, es visto por diversos economistas, desde dos perspectivas totalmente opuestas. Una de ellas ve a este proyecto como un enorme gasto público que podría terminar en otro impuestazo–tal es la visión que el economista José Luis Espert tiene sobre el tema-–. Quienes acompañan esta postura, sostienen que el dinero siempre sale del contribuyente o de un endeudamiento adicional, que finalmente paga el contribuyente.
Otra posición sostiene que un plan de estas características genera una importante cantidad de empleos y que, si se hacen las cosa correctamente, el estado puede recuperar lo que le van a costar las obras; dentro de esta corriente se encuadra el economista Aldo Abram –de la consultora EXANTE– quien sostiene que las obras deberían realizarse bajo el denominado “sistema europeo”; el Estado licita la construcción de una obra, el adjudicatario la lleva a cabo y cobra un canon por el alquiler y el mantenimiento de la obra por un plazo de 20 años, período al final del cual la obra pasa a ser estatal.
El sistema propuesto por Abram tiene dos puntos conflictivos: la mala fama del Estado como pagador y la incapacidad de las PYMEs para competir con las empresas nacionales e internacionales de magnitud, debido a las facilidades de acceso al crédito de estas últimas.
El plan de obras públicas, que el gobierno anunciara hace unos días, es visto por diversos economistas, desde dos perspectivas totalmente opuestas. Una de ellas ve a este proyecto como un enorme gasto público que podría terminar en otro impuestazo–tal es la visión que el economista José Luis Espert tiene sobre el tema-–. Quienes acompañan esta postura, sostienen que el dinero siempre sale del contribuyente o de un endeudamiento adicional, que finalmente paga el contribuyente.
Otra posición sostiene que un plan de estas características genera una importante cantidad de empleos y que, si se hacen las cosa correctamente, el estado puede recuperar lo que le van a costar las obras; dentro de esta corriente se encuadra el economista Aldo Abram –de la consultora EXANTE– quien sostiene que las obras deberían realizarse bajo el denominado “sistema europeo”; el Estado licita la construcción de una obra, el adjudicatario la lleva a cabo y cobra un canon por el alquiler y el mantenimiento de la obra por un plazo de 20 años, período al final del cual la obra pasa a ser estatal.
El sistema propuesto por Abram tiene dos puntos conflictivos: la mala fama del Estado como pagador y la incapacidad de las PYMEs para competir con las empresas nacionales e internacionales de magnitud, debido a las facilidades de acceso al crédito de estas últimas.
