Pignanelli se queda en el Central

Por pedido expreso del presidente, Eduardo Duhalde, y del jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, el titular del Banco Central permanecerá un tiempo más en su cargo, a pesar de que las diferencias con el ministro de Economía se agudizan día a día.

26 agosto, 2002

El enfrentamiento entre el
ministro de Economía, Roberto Lavagna, y el presidente del Banco
Central, Aldo Pignanelli, tuvo un nuevo capítulo cuando el
gobierno confirmó la permanencia del titular de la autoridad
monetaria, pese al pedido expreso de que se aleje del cargo que
había efectuado el jefe del Palacio de Hacienda.

Lavagna intenta colocar en el Central un hombre de su confianza
porque, según se dice desde la autoridad monetaria, “quiere el control de la entidad”.

Para poner fin a la pelea el presidente Eduardo Duhalde le brindó su apoyo a Pignanelli pero le ordenó evitar los comentarios acerca de aquellos temas que sean competencia de Economía.

Por otra parte, el viaje que el titular del Central tenía previsto realizar a Washington para tomar contacto con funcionarios de la Secretaría del Tesoro y la Reserva Federal, fue suspendido hasta que se “aclaren” las negociaciones que el Gobierno lleva adelante con el Fondo.

El gobierno esperaba una respuesta favorable al borrador de la
carta de intención que envió Lavagna, pero informaciones
procedentes de Washington indicaban que “la respuesta será muy
dura”.

En ese marco, algunas fuentes del Gobierno admitieron que el
presidente no tiene claro si seguir las directivas que
baja Lavagna desde Economía o aceptar la idea del Central de que
se puede abrir el corralito y cumplir de esa manera con uno de los
pedidos del FMI.

Según se supo, al titular de la autoridad monetaria “le costó
decir que no” a ese viaje, porque ya tenía todo
preparado para entrevistarse con el subsecretario del Tesoro, John
Taylor, y directivos de la Reserva Federal norteamericana.

Las tensiones respecto de las visitas a Estados Unidos viene desde mediados del mes pasado, cuando Pignanelli obtuvo resultados mucho más provechosos que Lavagna, quien anteriormente
tuvo que contar con la ayuda de un llamado de Duhalde al titular del FMI, Horst Köhler, para que lo recibiera.

El viaje que pensaba realizar en esta oportunidad Pignanelli,
según la oficina de Prensa del BCRA, tenía un carácter
“eminentemente técnico”, a pesar de que trascendió que el motivo
era avanzar en la apertura del “corralito” para las cuentas a la
vista.

Este periplo hacia tierras norteamericanas ofuscó al ministro
Lavagna, quien durante el fin de semana pasado criticó la gestión
de Pignanelli, tensando aún más la relación entre ambos.

“El Banco Central no está cumpliendo con las funciones que le
corresponden”, se había quejado públicamente Lavagna.

Según trascendió en medios periodísticos, Atanasof y Pignanelli
compartieron anoche un encuentro y, en el transcurso de esa
comida, el jefe de Gabinete le solicitó al presidente de la
autoridad monetaria que cancele el viaje que tenía previsto
realizar a Washington, para tomar contacto con funcionarios del
Tesoro de Estados Unidos.

“No importa si a vos te reciben y a él no, lo importante es
mostrar cohesión porque si no se van a complicar las cosas más de
lo que están”, aseguraron que le habría dicho Atanasof al titular
del Central.

En tanto, tras la reunión de Gabinete que se realizó hoy en
Casa de Gobierno, Atanasof brindó una conferencia de prensa en la
que confirmó un encuentro que mantuvo con Pignanelli y descartó el
alejamiento de este funcionario.

“Me reuní con el presidente del Banco Central ya que es
necesario que el Poder Ejecutivo y ese organismo establezcan un
vínculo directo para ver la marcha de la politica monetaria. Pero
en ningún momento Pignanelli me manifestó su deseo de renunciar”,
explicó.

Al hablar sobre las diferencias que mantienen Pignanelli y
Lavagna Atanasoff sólo dijo que “la política económica la
establece el Presidente a través del ministro de Economía, y la
política monetaria debe ser aplicada a través del Central. Esto
está muy claro y no requiere mayor discusión”.

Sin ejmbargo, más allá de los esfuerzos del jefe de Gabinete por poner paños fríos a la situación, la disputa entre Pignanelli y Lavagna se vuelve casi insostenible. En este contexto, ¿podrá el primer mandatario continuar sirviendo de mediador entre ambos funcionarios o deberá inclinarse definitivamente por uno de ellos?

El enfrentamiento entre el
ministro de Economía, Roberto Lavagna, y el presidente del Banco
Central, Aldo Pignanelli, tuvo un nuevo capítulo cuando el
gobierno confirmó la permanencia del titular de la autoridad
monetaria, pese al pedido expreso de que se aleje del cargo que
había efectuado el jefe del Palacio de Hacienda.

Lavagna intenta colocar en el Central un hombre de su confianza
porque, según se dice desde la autoridad monetaria, “quiere el control de la entidad”.

Para poner fin a la pelea el presidente Eduardo Duhalde le brindó su apoyo a Pignanelli pero le ordenó evitar los comentarios acerca de aquellos temas que sean competencia de Economía.

Por otra parte, el viaje que el titular del Central tenía previsto realizar a Washington para tomar contacto con funcionarios de la Secretaría del Tesoro y la Reserva Federal, fue suspendido hasta que se “aclaren” las negociaciones que el Gobierno lleva adelante con el Fondo.

El gobierno esperaba una respuesta favorable al borrador de la
carta de intención que envió Lavagna, pero informaciones
procedentes de Washington indicaban que “la respuesta será muy
dura”.

En ese marco, algunas fuentes del Gobierno admitieron que el
presidente no tiene claro si seguir las directivas que
baja Lavagna desde Economía o aceptar la idea del Central de que
se puede abrir el corralito y cumplir de esa manera con uno de los
pedidos del FMI.

Según se supo, al titular de la autoridad monetaria “le costó
decir que no” a ese viaje, porque ya tenía todo
preparado para entrevistarse con el subsecretario del Tesoro, John
Taylor, y directivos de la Reserva Federal norteamericana.

Las tensiones respecto de las visitas a Estados Unidos viene desde mediados del mes pasado, cuando Pignanelli obtuvo resultados mucho más provechosos que Lavagna, quien anteriormente
tuvo que contar con la ayuda de un llamado de Duhalde al titular del FMI, Horst Köhler, para que lo recibiera.

El viaje que pensaba realizar en esta oportunidad Pignanelli,
según la oficina de Prensa del BCRA, tenía un carácter
“eminentemente técnico”, a pesar de que trascendió que el motivo
era avanzar en la apertura del “corralito” para las cuentas a la
vista.

Este periplo hacia tierras norteamericanas ofuscó al ministro
Lavagna, quien durante el fin de semana pasado criticó la gestión
de Pignanelli, tensando aún más la relación entre ambos.

“El Banco Central no está cumpliendo con las funciones que le
corresponden”, se había quejado públicamente Lavagna.

Según trascendió en medios periodísticos, Atanasof y Pignanelli
compartieron anoche un encuentro y, en el transcurso de esa
comida, el jefe de Gabinete le solicitó al presidente de la
autoridad monetaria que cancele el viaje que tenía previsto
realizar a Washington, para tomar contacto con funcionarios del
Tesoro de Estados Unidos.

“No importa si a vos te reciben y a él no, lo importante es
mostrar cohesión porque si no se van a complicar las cosas más de
lo que están”, aseguraron que le habría dicho Atanasof al titular
del Central.

En tanto, tras la reunión de Gabinete que se realizó hoy en
Casa de Gobierno, Atanasof brindó una conferencia de prensa en la
que confirmó un encuentro que mantuvo con Pignanelli y descartó el
alejamiento de este funcionario.

“Me reuní con el presidente del Banco Central ya que es
necesario que el Poder Ejecutivo y ese organismo establezcan un
vínculo directo para ver la marcha de la politica monetaria. Pero
en ningún momento Pignanelli me manifestó su deseo de renunciar”,
explicó.

Al hablar sobre las diferencias que mantienen Pignanelli y
Lavagna Atanasoff sólo dijo que “la política económica la
establece el Presidente a través del ministro de Economía, y la
política monetaria debe ser aplicada a través del Central. Esto
está muy claro y no requiere mayor discusión”.

Sin ejmbargo, más allá de los esfuerzos del jefe de Gabinete por poner paños fríos a la situación, la disputa entre Pignanelli y Lavagna se vuelve casi insostenible. En este contexto, ¿podrá el primer mandatario continuar sirviendo de mediador entre ambos funcionarios o deberá inclinarse definitivamente por uno de ellos?

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