Pignanelli: “El acuerdo con el FMI ya está”
El presidente del Banco Central aseguró que la Argentina "evitará caer en default" con los organismos internacionales de crédito, y estimó que la "próxima semana se firmará el acuerdo" con el Fondo Monetario.
El funcionario formuló esas declaraciones luego de disertar
en el decimoséptimo Congreso Internacional organizado
por la Asociación de la Banca Especializada de la Argentina, que
se realiza en esta Capital.
En ese marco, dijo que el FMI “comprendió la posición del Banco
Central y del Ministerio de Economía de que el propio sistema
financiero y bancario se va a reestructurar, como está ocurriendo
con las fusiones, y ese será el camino”.
Y opinó que si el Gobierno “cumple con el cronograma electoral
previsto, eso le dará mas credibilidad al país”.
Pignanelli dijo que “nunca el Fondo pidió aumentos de impuestos
o de trarifas”, y agregó: “Eso no se entendió, porque lo que hizo
fueron nada más que recomendaciones”.
“Para mí, el acuerdo ya se tendría que haber firmado hace un
tiempo”, dijo, y señaló que se demoró “por decisiones políticas y
de negociación”.
Además, el funcionario aseguró que el FMI “siempre mantuvo igual” sus recomendaciones para firmar un acuerdo, y dijo que “ahora no las cambió”.
“Solamente cambió la forma de formular los pedidos y los
aclaró, siempre mantuvo igual su posición” para llegar a la firma
de un acuerdo con la Argentina.
“No hay que olvidar -dijo Pignanelli- que la Argentina se
declaró en default, hicimos una pesificación asimétrica y eso
tiene su costo”.
De esa manera, se refirió a los nueve meses de negociaciones
entre el Gobierno y el Fondo.
Al definir sus relaciones con el ministro de Economía, Roberto
Lavagna, dijo que son “las normales entre un ministro y el
presidente del Banco Central”.
“En cualquier país del mundo el presidente del Banco Central
quiere el orden monetario y el ministro de hacienda reactivar,
pero no hay ningún problema de fondo”, señaló.
Dijo que una decisión de la Corte Suprema sobre el freno a los
amparos por el dinero atrapado en el corralito “colaborará” con la
normalización financiera.
También señaló que en tiempos de crisis económica el credito es
lo último que se normaliza y opinó que “ello llevará aún un
tiempo, aunque hay bancos que ya los están otorgando”.
Al hablar en el seminario, Pignanelli sostuvo que el Banco
Central aplicará el próximo año una política monetaria “basada en
metas inflacionarias”, y señaló que ese mecanismo “está siendo
adoptado por muchos países desarrollados del mundo”.
Y opinó que esa política monetaria “aumentará la confianza en el
Banco Central y permitirá alcanzar la estabilidad monetaria y
cambiaria”.
Además, agregó que ese método “permitirá responder a shocks
domesticos o externos, suavizando sus efectos sobre el mercado
domésticos” de las crisis externas.
Por otra parte, dijo que la conducción del Banco Central propone algunos puntos mínimos para iniciar el proceso de recuperación de la Economía, que incluyen asegurar el equilibrio fiscal y contar con un anclaje fiscal nominal que asegure la estabilidad monetaria, lograr movilidad de los capitales, respetar la independencia del Banco Central y eliminar las discrepancias entre la entidad y la política del Gobierno nacional.
El funcionario formuló esas declaraciones luego de disertar
en el decimoséptimo Congreso Internacional organizado
por la Asociación de la Banca Especializada de la Argentina, que
se realiza en esta Capital.
En ese marco, dijo que el FMI “comprendió la posición del Banco
Central y del Ministerio de Economía de que el propio sistema
financiero y bancario se va a reestructurar, como está ocurriendo
con las fusiones, y ese será el camino”.
Y opinó que si el Gobierno “cumple con el cronograma electoral
previsto, eso le dará mas credibilidad al país”.
Pignanelli dijo que “nunca el Fondo pidió aumentos de impuestos
o de trarifas”, y agregó: “Eso no se entendió, porque lo que hizo
fueron nada más que recomendaciones”.
“Para mí, el acuerdo ya se tendría que haber firmado hace un
tiempo”, dijo, y señaló que se demoró “por decisiones políticas y
de negociación”.
Además, el funcionario aseguró que el FMI “siempre mantuvo igual” sus recomendaciones para firmar un acuerdo, y dijo que “ahora no las cambió”.
“Solamente cambió la forma de formular los pedidos y los
aclaró, siempre mantuvo igual su posición” para llegar a la firma
de un acuerdo con la Argentina.
“No hay que olvidar -dijo Pignanelli- que la Argentina se
declaró en default, hicimos una pesificación asimétrica y eso
tiene su costo”.
De esa manera, se refirió a los nueve meses de negociaciones
entre el Gobierno y el Fondo.
Al definir sus relaciones con el ministro de Economía, Roberto
Lavagna, dijo que son “las normales entre un ministro y el
presidente del Banco Central”.
“En cualquier país del mundo el presidente del Banco Central
quiere el orden monetario y el ministro de hacienda reactivar,
pero no hay ningún problema de fondo”, señaló.
Dijo que una decisión de la Corte Suprema sobre el freno a los
amparos por el dinero atrapado en el corralito “colaborará” con la
normalización financiera.
También señaló que en tiempos de crisis económica el credito es
lo último que se normaliza y opinó que “ello llevará aún un
tiempo, aunque hay bancos que ya los están otorgando”.
Al hablar en el seminario, Pignanelli sostuvo que el Banco
Central aplicará el próximo año una política monetaria “basada en
metas inflacionarias”, y señaló que ese mecanismo “está siendo
adoptado por muchos países desarrollados del mundo”.
Y opinó que esa política monetaria “aumentará la confianza en el
Banco Central y permitirá alcanzar la estabilidad monetaria y
cambiaria”.
Además, agregó que ese método “permitirá responder a shocks
domesticos o externos, suavizando sus efectos sobre el mercado
domésticos” de las crisis externas.
Por otra parte, dijo que la conducción del Banco Central propone algunos puntos mínimos para iniciar el proceso de recuperación de la Economía, que incluyen asegurar el equilibrio fiscal y contar con un anclaje fiscal nominal que asegure la estabilidad monetaria, lograr movilidad de los capitales, respetar la independencia del Banco Central y eliminar las discrepancias entre la entidad y la política del Gobierno nacional.
