<p>A fin de mes, la compañía proyecta ofrecer nuevos papeles por ese monto aproximado, del cual 32.000 millones (42,3%) se colocarán entre accionistas minoritarios. El resto quedará en manos del gobierno federal a cambio de derechos sobre 5.000 millones de barriles en reservas submarinas.<br />
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Estos hidrocarburos provienen de yacimientos presalitrosos, así llamados porque se hallan bajo kilómetros de agua, roca y un manto de sal difícil de penetrar con las tecnologías actuales. Estimaciones iniciales señalan que pueden ascender a entre 50.000 y 100.000 millones de barriles en crudos gas natural.<br />
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Aparte de constituir volúmenes inéditos en Brasil o el resto de Sudamérica, inclusive la cuenca de Malvinas, pueden ubicar al país a la par de Rusia o la península arábiga en la lista de líderes petroleros de la planta. “Sin duda, ese país es el futuro de la industria”, sostiene Alí Moshirí, presidente de la norteamericana Chevron para Latinoamérica y África.<br />
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Pero muchos inversores –afirman medios británicos nada desinteresados- están lejos de sentirse felices por el modo de gestionar el lado accionario del esquema. Al mismo tiempo, las nuevas normas para el área salitrosa remitidas al congreso “generan temores –apunta el Financial Times- sobre la aptitud brasileña para desarrollar esos campos con eficiencia”. <br />
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El sector hidrocarburos ha prosperado según un sistema de concesiones introducido a fines de los años 90, cuando se eliminó el monopolio directo de Petrobrás. Pero, a diferencia de Argentina en esa misma época, la empresa siguió siendo testigo, o sea formadora de precios.<br />
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Bastante después, partes de la zona salitrosa fueron concedidas a Petrobrás misma, ExxonMobil, Royal Dutch/Shell y British Petroleum. Ahora, las futuras regulaciones prescriben que las concesiones en esas áreas sean reemplazadas por acuerdos de producción compartida. Otra compañía estatal se establecerá para supervisar los desarrollos, con veto en materia operativa. Petrobrás tomará no menos de 30% en los consorcios a formarse y podrá recibir licencias a discreción del gobierno. Naturalmente, ya asoman presiones del sector privado internacional y sus aliados en el país.<br />
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A criterio del gobierno, hacen falta nuevas normas para asegurar que los réditos de los futuros negocios vayan a brasileños, no a compañías extranjeras. Esto saca de las casillas, particularmente a las anglosajonas, cuyo vocero informal en el país es el Istituto Brasileiro do Petróleo (IBP). Por su parte, consultorías de Houston, Tejas, opinan que será difícil poner en marcha un programa de US$ 224.000 millones, previsto para el quinquenio 2010/14.</p>
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Petrobrás: nuevos desafíos y US$ 75.000 millones en danza
La empresa estatal brasileña lanzará la mayor emisión de títulos de su historia, por US$ 75.000 millones. Pero, entretanto, aumentan las preocupaciones sobre ese tema y el propio megaproyecto off shore que se busca financiar por ese conducto.