Pesimismo en el FMI, y críticas a los bancos
Soslayando los abusos de la banca privada, el Fondo Monetario Internacional reparte malas ondas en Estados Unidos, Europa occidental y Latinoamérica A su vez, el consejo europeo de ministros económicos critica a esas mismas entidades.
5 octubre, 2009
<p>Reunido en Gotemburgo, Suecia, el EcoFin calificó de “demasiado codiciosos” a los bancos anglosajones y holandeses. De paso, los conminó a reconstruir el crédito en conjunto con los bancos centrales. Pero no logró acuerdo sobre características y plazos para una estrategia común.<br />
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En ese simposio, resultó llamativo que –mientras EE.UU. afronta una especie de “deflación sistémica”- el EcoFin insistiese en “riesgos inflacionarios” por boca del italiano Giulio Tremonti. En un registro más realista, el sueco Anders Borg condenaba nuevamente “la avidez de los banqueros, tan difícil de domeñar”.<br />
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Estambul tocaba otra canción y se desentendía de esos mismos banqueros. En vez, le auguraba al producto bruto de EE.UU. un retroceso de 2,7% este año y, al regional de la Unión Europea, un impresionante 4,2% de deterioro. Amén de no convalidada por el EcoFin, esta cifra supera a las de otras fuentes.<br />
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Semejantes proyecciones pueden generar incómodos roces en el inminente encuentro semestral FMI-Banco Mundial, pues Gotemburgo y Estambul proponen visiones por demás divergentes. Mientras Dominique Strauss-Kahn hacía vida social, Olivier Blanchard –ortodoxo director de investigaciones económicas- lanzaba cartilla propia.<br />
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Ésta prescribe reestructurar el sector financiero privado (sin mencionar las críticas del EcoFin) y resignarse a un alto desempleo en las economías centrales “para combatir la inflación”. Quizá pensando en China, donde no tienen en cuenta al Fondo, Blanchard sugiere “exportar menos y fomentar la demanda interna”, vale decir la receta de Washington para Beijing.<br />
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En forma contradictoria, la tecnocracia fondista se pliega a los chinos y prioriza mantener los paquetes de estímulos fiscales o sistémicos en diversas economías. Pero, de inmediato plantea ir aprestando estrategias de salida que no pongan en riesgo la solvencia fiscal.</p>
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