Paraguay: cambio de gabinete

El presidente González Macchi nombró como ministro de Hacienda a un hombre de su confianza, a pesar de la resistencia de la principal entidad gremial empresaria.

3 octubre, 2000

(EFE).- El presidente paraguayo, Luis González Macchi, completó hoy (martes 3) una serie de cambios en su gabinete con la designación de un hombre de su confianza, Francisco Oviedo, como nuevo ministro de Hacienda, en medio de la resistencia de los empresarios locales.

Oviedo era administrador del Palacio de Gobierno, cargo al que fue llevado por el jefe del Estado desde la Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republicana (ANR, Partido Colorado), en el poder desde 1947, donde también cumplía funciones administrativas.

Con la asunción de Oviedo, celebrada en una acto que tuvo lugar en el Palacio de Gobierno, el gobernante completó una serie de cambios que prometió hacer tras el revés sufrido por la ANR ante el liberalismo, la principal fuerza de oposición, en los comicios para vicepresidente de agosto pasado.

Sin embargo, su designación tomó por sorpresa a la Federación de la Producción, la Industria y el Comercio (Feprinco), el gremio empresarial más importante, cuyos principales miembros se reunieron hoy con el mandatario antes de que se concretara el relevo de Federico Zayas en Hacienda, con quien los empresarios tampoco simpatizaban.

“El nuevo ministro es un desconocido del sector empresarial y dadas las circunstancias creemos que es preferible seguir trabajando desde los gremios”, dijo el empresario Guillermo Stanley, al anunciar su retirada del Consejo Asesor de la Presidencia del que formaba parte.

En principio, se manejaba la posibilidad de que el nuevo titular de Hacienda fuese el viceministro de Comercio y ex titular de la petrolera estatal, James Spalding.

González Macchi ofreció el cargo a Spalding y, finalmente, éste fue designado como viceministro de Economía.

“Conocemos a Spalding y creíamos que con él se podría trabajar, pero con el que tendremos que hacerlo ni siquiera lo conocemos”, se quejó Stanley, que señaló que Feprinco se tomará un compás de espera para pronunciarse sobre la labor de Oviedo.

González Macchi manifestó, por su parte, que optó por un allegado suyo porque considera que Oviedo puede llevar adelante las ideas de cambio que es necesario poner en práctica para rectificar el rumbo de la deteriorada economía del país.

Con relación al antecesor de Francisco Oviedo, el gobernante destacó que Zayas ha cumplido una “labor importante” en la primera etapa de su gestión, pero que fracasó al no conseguir que mejorara “la franja de contribuyentes”.

Zayas, de 70 años, se enteró de su sustitución el pasado sábado tras regresar de Praga, donde representó a Paraguay en la asamblea conjunta del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y anunció que no pensaba renunciar, como lo hizo José Alberto Planás al frente del Ministerio de Obras Públicas.

Planás dimitió el pasado viernes y el lunes fue reemplazado por Walter Bower, quien dejó la cartera del Interior al gobernador de la provincia de Paraguarí, Julio César Fanego.

Los cambios, que para algunos analistas locales suponen una derivación de la crisis interna en la dirección del coloradismo, comenzaron en agosto cuando el entonces ministro de Defensa, Nelson Argaña, renunció tras la caída de su hermano, Félix, ante el liberal Julio César Franco en las votaciones para la vicepresidencia de la República.

Entre los desplazados, Zayas es el que más se ha lamentado, ya que considera que no le dieron tiempo suficiente para poner en marcha sus controvertidos ajustes fiscales y desmantelar lo que considera un sistema de corrupción enquistado en el poder.

Zayas había presentado al Gobierno un duro plan de ajuste fiscal, que fue avalado por el FMI, al tiempo de intervenir las aduanas del país y las oficinas de tributación, con la participación activa del sector privado a través de la Feprinco.

En declaraciones a un diario local, el ex ministro de Hacienda dijo que la corrupción fue siempre el principal obstáculo para mejorar los ingresos y que hay mucha gente que lo avala.

Afirmó que esas prácticas irregulares provienen del “funcionariado” y que se formaron “hace muchos años”.

(EFE).- El presidente paraguayo, Luis González Macchi, completó hoy (martes 3) una serie de cambios en su gabinete con la designación de un hombre de su confianza, Francisco Oviedo, como nuevo ministro de Hacienda, en medio de la resistencia de los empresarios locales.

Oviedo era administrador del Palacio de Gobierno, cargo al que fue llevado por el jefe del Estado desde la Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republicana (ANR, Partido Colorado), en el poder desde 1947, donde también cumplía funciones administrativas.

Con la asunción de Oviedo, celebrada en una acto que tuvo lugar en el Palacio de Gobierno, el gobernante completó una serie de cambios que prometió hacer tras el revés sufrido por la ANR ante el liberalismo, la principal fuerza de oposición, en los comicios para vicepresidente de agosto pasado.

Sin embargo, su designación tomó por sorpresa a la Federación de la Producción, la Industria y el Comercio (Feprinco), el gremio empresarial más importante, cuyos principales miembros se reunieron hoy con el mandatario antes de que se concretara el relevo de Federico Zayas en Hacienda, con quien los empresarios tampoco simpatizaban.

“El nuevo ministro es un desconocido del sector empresarial y dadas las circunstancias creemos que es preferible seguir trabajando desde los gremios”, dijo el empresario Guillermo Stanley, al anunciar su retirada del Consejo Asesor de la Presidencia del que formaba parte.

En principio, se manejaba la posibilidad de que el nuevo titular de Hacienda fuese el viceministro de Comercio y ex titular de la petrolera estatal, James Spalding.

González Macchi ofreció el cargo a Spalding y, finalmente, éste fue designado como viceministro de Economía.

“Conocemos a Spalding y creíamos que con él se podría trabajar, pero con el que tendremos que hacerlo ni siquiera lo conocemos”, se quejó Stanley, que señaló que Feprinco se tomará un compás de espera para pronunciarse sobre la labor de Oviedo.

González Macchi manifestó, por su parte, que optó por un allegado suyo porque considera que Oviedo puede llevar adelante las ideas de cambio que es necesario poner en práctica para rectificar el rumbo de la deteriorada economía del país.

Con relación al antecesor de Francisco Oviedo, el gobernante destacó que Zayas ha cumplido una “labor importante” en la primera etapa de su gestión, pero que fracasó al no conseguir que mejorara “la franja de contribuyentes”.

Zayas, de 70 años, se enteró de su sustitución el pasado sábado tras regresar de Praga, donde representó a Paraguay en la asamblea conjunta del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y anunció que no pensaba renunciar, como lo hizo José Alberto Planás al frente del Ministerio de Obras Públicas.

Planás dimitió el pasado viernes y el lunes fue reemplazado por Walter Bower, quien dejó la cartera del Interior al gobernador de la provincia de Paraguarí, Julio César Fanego.

Los cambios, que para algunos analistas locales suponen una derivación de la crisis interna en la dirección del coloradismo, comenzaron en agosto cuando el entonces ministro de Defensa, Nelson Argaña, renunció tras la caída de su hermano, Félix, ante el liberal Julio César Franco en las votaciones para la vicepresidencia de la República.

Entre los desplazados, Zayas es el que más se ha lamentado, ya que considera que no le dieron tiempo suficiente para poner en marcha sus controvertidos ajustes fiscales y desmantelar lo que considera un sistema de corrupción enquistado en el poder.

Zayas había presentado al Gobierno un duro plan de ajuste fiscal, que fue avalado por el FMI, al tiempo de intervenir las aduanas del país y las oficinas de tributación, con la participación activa del sector privado a través de la Feprinco.

En declaraciones a un diario local, el ex ministro de Hacienda dijo que la corrupción fue siempre el principal obstáculo para mejorar los ingresos y que hay mucha gente que lo avala.

Afirmó que esas prácticas irregulares provienen del “funcionariado” y que se formaron “hace muchos años”.

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