<p>¿Qué estaba ocurriendo? Sencillamente, que Grecia pidió el martes un nuevo auxilio por € 110.000 millones, de ahora al 15 de septiembre. Finalmente, estalló el secreto a voces: los anteriores € 110.000 millones aprobados en mayo de 2010 se esfumaron y el segundo rescate inicial (€ 60.000 millones) no habría sido bastante.<br />
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Ello explica que el presidente del consejo de la Unión Europea, el belga Herman van Rompuy, esté buscando superar las objeciones de Alemania y Finlandia. También explica que Berlín intente aventar resquemores sobre Roma y se centre en Atenas. Pero el trasfondo no ha cambiado en realidad: la “supercumbre” Eurogrupo-Ecofin tratará de evitar un contagio de la crisis griega a Portugal, España e Italia.<br />
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Los movimientos especulativos en Londres, Amsterdam, Nueva York, Singapur y Estocolmo confirman ese escenario. También revelan que la última cita Eurogrupo-Ecofin (domingo y lunes) fue un parcial fracaso. Los dieciséis ministros financieros del primero y los veintiséis del segundo (el griego no asiste) sólo lograron un compromiso genérico en favor de “nuevas medidas para resistir el peligro de contagio”, palabra que hasta anteayer casi nadie se animaba a pronunciar.<br />
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La idea es “reforzar la flexibilidad y los alcances del futuro fondo para emergencias, alargar los vencimiento de créditos y disminuir las tasas”. El segundo punto se relaciona con la propuesta francoalemana de involucrar a un grupo de bancos privados en el salvamento griego y en ulteriores.<br />
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Tampoco ahí es fácil conciliar posiciones. Alemania, Finlandia y Austria pretenden desembolsar apenas € 30.000 millones de los 110.000 millones en juego. Holanda y Suecia prefieren “un previo cese de pagos selectivo”, casi en el estilo turco de 1998 o el argentino de 2001. Por supuesto, el Banco Central Europeo y Grecia se oponen terminantemente, mientras Rompuy deplora tantas vacilaciones.<br />
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Para Schäuble, Italia no está en riesgo; Grecia sí
La llamativa declaración del ministro alemán de hacienda, buscaba condicionar la supercumbre del viernes para defender el euro. La definición proviene del luxemburgués Jean-Claude Juncker, actual presidente del Eurogrupo.