“Mientras podamos pagar nuestras obligaciones, pagaremos nuestras obligaciones. Es la responsabilidad del gobierno pagar todas estas deudas, pero también es la responsabilidad de los acreedores de ser fieles a las obligaciones de sus préstamos”, sostuvo el vocero griego a un grupo de periodistas en Atenas.
Apenas un día antes, el ministro griego del Interior, Nikos Vutsis, había advertido que su país no iba a poder pagar al FMI los cuatro vencimientos del préstamo que están programados para el mes de junio.
“Los tramos de junio al FMI, desde el 5 hasta el 19 de junio son de 1.600 millones de euros. Este dinero no se pagará, porque no está. Esto se conoce y se debate sobre la base de un cauteloso optimismo de que habrá un acuerdo que permita al país respirar”, explicó Vutsis en una entrevista con el canal de televisión local Mega.
Esa misma posición defendió el vice canciller y encargado de asuntos europeos griego, Nikos Chountis.
“No tenemos el dinero. No pagaremos, es así de simple”, sentenció en diálogo con la televisión local, citado por el canal de noticias France 24.
La tensión dentro del gobierno griego y del partido oficialista, Syriza, es cada vez más evidente y, por eso, aún el vocero, Sakellaridis, advirtió hoy que “existe una necesidad imperiosa para nosotros y para la zona euro de alcanzar un acuerdo lo antes posible”.
Hace dos semanas el ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, alertó que su país padece una fuerte escasez de dinero que podría provocar su bancarrota en semanas y una posible salida del euro, según el peor escenario posible.
Para evitarlo, debe alcanzar un acuerdo con sus acreedores, la Unión Europea (UE) y el FMI, sobre una serie de reformas económicas que se le piden para obtener el desembolso de US$ 7.200 millones que forman parte de su segundo programa de “rescate”, de 2011, y que le permitiría afrontar sus compromisos.
Pese a tres meses de negociaciones, las partes no se han podido poner de acuerdo en torno de esas medidas de ahorro exigidas a Grecia para estar en condiciones de obtener los fondos. El país del sur de Europa no recibe fondos de “rescate” desde agosto pasado, y se está financiando con sus propios recursos.
El nuevo gobierno de izquierda griego fue electo en enero pasado luego de prometer durante la campaña terminar con las políticas de ajuste neoliberal y de responsabilizarlas del devastador estado de la economía de su país. Los recortes de gasto, subas de impuestos y despidos de estatales fueron exigidos como contrapartida a préstamos de “rescate” por US$ 240.000 millones que Grecia recibió desde 2010, y su aplicación contribuyó al colapso de la economía griega y disparó el desempleo y la pobreza.
Por eso, Tsipras impuso como sus líneas rojas en esta nueva negociación con sus acreedores internacionales la negativa a nuevos recortes de salarios y pensiones, a la liberalización completa del mercado laboral y a una reforma del IVA.
Hace dos semanas Grecia dio luz verde al pago de 755 millones de euros al FMI, a 24 horas de su vencimiento, y ahora debe pagar 300 millones de euros el próximo 5 de junio.
Según informó el canal Megal, Tsipras ya habló con el secretario del Tesoro estadounidense, Lack Lew, y le pidió que le comunicará a su par, Barack Obama, que no podrá cumplir con ese vencimiento.