Otra oportunidad perdida, otro discurso de campaña

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El discurso del Presidente fue una oportunidad perdida para hablar de temas a largo plazo y con visión de estadista, que es lo que se espera de un discurso inaugural en un 1° de marzo.

El presidente Alberto Fernández inauguró el 139° período de sesiones ordinarias del Congreso con un mensaje ante la Asamblea Legislativa. Como es tradicional, allí realizó un balance de su primer año de gestión y dio a conocer las perspectivas para el 2021.

Según Eduardo Fracchia, Director del Área Economía de IAE Business School, estos son los aspectos destacables del discurso.

 

  • En este caso se trató de un discurso de campaña electoral, repitiendo los mismos temas de siempre, muy alineado con las ideas de la Vicepresidenta, pro-grieta, muy duro con la oposición, sin autocrítica y con omisiones importantes en dos temas claves para la sociedad: la inflación y la seguridad ciudadana.

 

  • El acuerdo con el Fondo se proyecta a largo plazo, no parece haber apuro para hacerlo. La visión de que hay que hacer querella criminal es desproporcionada dado que ya hubo acciones al respecto. Judicializar las acciones del gobierno no es positivo.

Cristina, por otra parte, en sus 8 años de gestión endeudó al país en US$ 104.000 millones y la gestión de Alberto Fernández va por US$ 20.000 millones en el transcurso del 2020. Es cierto que el tamaño del endeudamiento durante la gestión de Macri fue un error pero esa deuda se pagó sobre todo para no defaultear y para cumplir con compromisos previos.

  • El sector real rebota a niveles bajos, se dijo, pero el Presidente fue demasiado optimista. La vacunación dinámica podría generar reactivación, pero por el momento va lenta.

 

  • Reprimir tarifas es una decisión comprensible en año electoral pero siempre nos costó caro porque los costos reales se imponen.

 

  • No se habló del Consejo económico y social, son temas de largo plazo que no interesan, el gobierno está focalizado en la elección de medio término. A la coalición oficialista la une el poder no las ideas.

 

  • La señal de este discurso para el sector privado es intrascendente, no mueve la aguja de las expectativas, es más de lo mismo que se dijo en La Plata, en el Estadio único, el 10 de diciembre pasado, cuando Cristina sentó las bases.

 

  • Lo importante no son los discursos sino las acciones, el gobierno está debilitado por la falta de ética en poner vacunatorios paralelos al margen de la ley.

 

  • En cuanto a política exterior, se trata de la pata más débil de esta gestión, no se habló nada. Si funcionase mejor quizás tendríamos un ritmo de vacunación similar al chileno, gracias a los contactos internacionales.

 

  • El tema judicial llevó 20 minutos. No parece que vaya a mejorar la seguridad jurídica del país con este relato ya muy trillado. Parece armado para intereses personales concretos. Es poco serio el planteo. Se considera a la Justicia como ajena a la democracia, es una visión autoritaria que no quiere controles, muy típica de los populismos.

 

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