Un documento con propuestas para organizar el primer debate presidencial argentino presentó Argentina Debate. La publicación convoca a construir conjuntamente una institucionalidad que permita concretar un debate, y fija estándares para que el encuentro se constituya como un bien público. “Donde ocurren, los debates son una construcción conjunta entre actores diversos que cooperan para lograr el encuentro”, indicó Hernán Charosky, coordinador general de Argentina Debate. Además, explicó que esta cooperación permite institucionalizar el debate para que pase a ser un hito inevitable de la campaña.
Por su parte, Fernando Straface, director ejecutivo de CIPPEC y miembro del Comité Estratégico de Argentina Debate, indicó: “En las próximas semanas será importante traducir el compromiso de los candidatos en una instancia de diálogo sustancial sobre las lecciones y opciones para realizar el debate. Los espacios políticos deben ser protagonistas de esta historia. Hay un equilibrio mejor, y es con la política suscribiendo un paso trascendental para la democracia”. Entre otras ventajas, el documento destaca que el debate ofrece a los electores es una oportunidad de acceso a los candidatos en tiempo real. Además, explica que para que se constituya en un bien público debe llegar a la mayor cantidad de personas posible, al mismo tiempo y en igualdad de condiciones de acceso.
Quiénes organizan los debates presidenciales
La experiencia internacional muestra que autoridades electorales, partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación son los actores más frecuentemente involucrados en la organización del debate.
“Cualquiera sea la combinación de actores que participe, que el debate ocurra depende de que los agentes promotores sean vistos como interlocutores independientes por los candidatos, los medios y la opinión pública”, precisó Straface.
Por su parte, Charosky destacó que en los países que no tienen experiencias de debate la clave es la articulación entre los diferentes actores que lo demandan –medios de comunicación, universidades, organizaciones de la sociedad civil y partidos políticos- para cooperar en la construcción de un bien público.
Al mismo tiempo, el documento señala que los propios candidatos y sus partidos políticos necesitan involucrarse y comprometerse con la organización de los debates para que efectivamente sucedan. “Los candidatos tienen una oportunidad de participar de un hito histórico en nuestro país, y de mejorar la conversación política a través de la cultura del debate”, precisó el coordinador de la iniciativa.
La transmisión
La definición de lugar está ligada parcialmente con la transmisión televisiva. En el mundo, los debates han ocurrido en diferentes locaciones: universidades, salones de instituciones públicas, salones privados y estudios de televisión, entre otros.
Al mismo tiempo, la transmisión puede estar a cargo de un canal de TV abierta o una señal de cable pública o privada, a cargo de diversas emisoras que organizan sucesivos debates, como sucede en Brasil, o de asociaciones o consorcios de canales, como son los casos de Estados Unidos y de Chile.
“El mayor grado de apropiación pública y la mayor audiencia se logra cuando todos o los principales medios de comunicación coordinan para realizar una sola transmisión”, indicó Charosky, y añadió que las transmisiones televisivas pueden ser difundidas online y en radio.
El documento señala que la transmisión puede ser realizada en igualdad de condiciones por todos los medios de comunicación, y genera oportunidades de cooperación entre ellos.
Las preguntas y la moderación
La moderación y las preguntas a los candidatos son roles usualmente asignados a periodistas, aunque no exclusivamente. Mientras que la moderación consiste en controlar el tiempo de las intervenciones y transmitir preguntas preformuladas, la función de preguntar puede estar a cargo de periodistas o ciudadanos. “Para garantizar el mayor grado de apropiación pública, las preguntas deben abordar temas de interés público y evidenciar pluralismo en los temas”, explicó Charosky.
Así, un proceso previo de formulación de preguntas a cargo de organizaciones sociales, instituciones educativas y de investigación, con un proceso transparente de selección, puede ser una vía posible. En esta línea, el coordinador de Argentina Debate explicó que la selección de temas y de preguntas apunta a temas sustantivos de política pública, y es el resultado de un proceso de acuerdos, que abre posibilidades a medios, candidatos y sociedad civil para generar un diálogo productivo.
Rumbo al primer debate presidencial argentino
La publicación de Argentina Debate destaca que los sectores de la sociedad civil, los medios de comunicación, los partidos y los candidatos necesitan recursos técnicos y espacios de concertación que permitan construir el debate como un bien público. Al mismo tiempo, desde la iniciativa destacaron la necesidad de elevar la demanda ciudadana por un debate. “Desde Argentina Debate buscaremos coordinar un espacio plural y en el que participen los múltiples actores interesados en que el primer debate presidencial argentino sea un bien público”, concluyó Charosky.