Hasta ahora, este esquema sólo recorre medios de Europa occidental y Levante. En Washington se limitan a admitir que, tras el rechazo israelí, Barack Obama insistirá en la “hoja de ruta” auspiciada en 2002 por Saudiarabia, a su vez originada en los acuerdos de Camp David (1978). <br />
<br />
A fin de abril, empero, Abdullá (rey jordano) y Obama hicieron retoques secretos a la estrategia de paz. En esta versión, el estado palestino nacerá formalmente en cuatro años, sin tropas ni “permiso” para firmar acuerdos militares con terceros. Esto será para Israel una “póliza de seguro”. <br />
<br />
Ambos contendientes, entretanto, resolverán problemas territoriales, con asistencia de Jordania. La bandera palestina ondeará en Jeresalén oriental (al-Quds), pero la ciudad vieja será administrada por Naciones Unidas o la Unión Europea. Queda un antiguo problema: buena parte del mundo, EE.UU. inclusive, sigue considerando Tel Aviv como capital de Israel. <br />
<br />
Palestina deberá renunciar al “derecho de retorno” que atribuye a exiliados desde 1948 fuera de su territorio. Las indemnizaciones resultantes serán pagadas por la ONU y la UE. En cuanto a Netaniahu, ha manifestado a Obama su disposición a “negociar la paz con palestinos y sirios”. Este domingo, los israelíes tocarán el tema en una reunión de gabinete sobre Gaza, piedra de toque para todas las partes. Habrá que ver cómo actúa Avigdor Líberman, un nacionalista extremo. <br />
<br />
<br />
Obama tiene otra carta: Palestina desmilitarizada
Advertido de la novedad, el primer ministro Benjamín Netaniahu amaga una apertura a Siria, aliada de Irán en Líbano. El presidente norteamericano lanzará la idea en El Cairo, el 4 de junio, y sugerirá Jerusalén oriental como capital palestina.