Obama enfrenta al cambio climático

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La mayor iniciativa presentada hasta la fecha por un presidente de Estados Unidos para reducir la emisión de gases contaminantes y reconvertir paulatinamente la industria norteamericana hacia las energías alternativas fue anunciada ayer por Barack Obama. 

El proyecto incluye la fijación por primera vez de límites a la industria contaminante y la promoción, mediante ayuda financiera y otras facilidades para operar en suelo público, de la producción de energía eólica y solar. Hoy,  97% de los científicos están reconociendo sobrecalentamiento.
La oposición republicana, que había bloqueado un intento anterior de Obama en el Congreso, amenaza ahora con atacar esta propuesta en los tribunales de Justicia.
La Agencia para la Protección del Medio Ambiente (EPA)  recibió la orden presidencial del establecimiento, en coordinación con las autoridades de los Estados y de la industria afectada, de estrictos límites para la emisión de dióxido de carbono y otros gases contaminantes que se aplicarán a partir de junio del próximo año y, como máximo, en junio de 2015 para las empresas productoras de energía ya en funcionamiento. 
En el caso de las futuras plantas generadoras de esos gases, las normas entrarán en vigor desde septiembre próximo.
Según han informado fuentes de la Administración, el objetivo es reducir la emisión de gases de efecto invernadero para 2020 en 17% con respecto a los niveles de 2005. 
Bajo un calor sofocante en Washington, el presidente de EE.UU. dijo que los efectos del cambio climático en el planeta causan enormes pérdidas de vidas humanas y económicas, lo cual requiere  una solución basada en duplicar la producción de la energía solar y eólica así como la geotérmica en tierras federales. 
Además, el plan incluye US$ 8 mil millones en garantías estatales a préstamos para inversiones en las tecnologías que eviten la emisión a la atmósfera de dióxido de carbono de las centrales eléctricas y fijar como meta hacia 2030 la reducción de al menos 3 millones de toneladas métricas de carbono acumuladas (es decir, más de la mitad de la contaminación anual de carbón en el sector de la energía en los EE.UU.).
Entre las medidas previstas se encuentran la de imponer niveles inferiores de contaminación a los camiones y grandes vehículos que se fabriquen a partir de 2018, así como el establecimiento de similares controles sobre edificios y electrodomésticos para que reduzcan a la mitad sus niveles actuales de contaminación antes de 2030. 
El Pentágono, que es el mayor consumidor de energía del país, tendrá igualmente que adaptar sus bases y sus vehículos a los nuevos estándares.
Obama se comprometió a poner todo el peso de la diplomacia norteamericana en acción para conseguir acciones internacionales concertadas de cara a la prevención del calentamiento atmosférico. 
La Casa Blanca intentará, especialmente, un acuerdo con las otras tres grandes naciones contaminantes, China, India y Brasil, a fin de que asuman metas similares a las anunciadas ayer por Estados Unidos para reducir sus emisiones de gases. 
Obama no anunció una decisión definitiva sobre la construcción del polémico oleoducto Keystone, que llevaría petróleo sin refinar desde Canadá hasta el Golfo de México, pero aseguró que ese proyecto no recibirá su aprobación si las investigaciones en marcha prueban que genera más contaminación. 
Ese oleoducto ha sido convertido por las organizaciones ecologistas en un test sobre la sinceridad de Obama en la lucha contra el cambio climático.
Pese a que ninguna de las propuestas presentadas requiere aprobación parlamentaria, puesto que están formuladas aprovechando los poderes federales que se le reconocen al Presidente, se anticipa una dura batalla económica y legal antes de que puedan ser una realidad. 
Los principales portavoces de la oposición conservadora y de la industria más afectada han advertido ya que esta iniciativa, que obliga a incorporar nuevas técnicas de producción y modernizar las plantas, perjudicará los beneficios de las empresas y provocará mayor desempleo. 
La consecuencia podría ser que la recuperación económica, ya lenta, podría ralentizarse aún más o interrumpirse por completo.
Obama aseguró, sin embargo, que hoy existen al alcance de los empresarios la tecnología adecuada para hacer sus factorías menos contaminantes sin afectar sus resultados, y recordó que EE UU viene progresivamente abandonando las energías fósiles y adaptándose a la energía limpia sin haberse retrocedido en la generación de riqueza.
Este anuncio, políticamente oscurecido por crisis coyunturales que concentran la atención de los medios de comunicación, pretende dar cumplimiento a una de las promesas hechas por Obama en su última campaña electoral y perfilar lo que será su herencia política. 
Junto con la legalización de los inmigrantes indocumentados, ahora en discusión en el Congreso, y recién anunciada reducción de los arsenales nucleares en Berlín, este calendario contra el cambio climático constituye uno de los más trascendentales pasos dados por esta Administración.
Al presentarlo ante los estudiantes de la universidad de Georgetown, en Washington, Obama dijo que se negaba a dejar a esta generación y las venideras un planeta sin solución.

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