Obama empieza a captar superdelegados del otro bando

Tras once victorias al hilo en internas demócratas, Barack Obama comienza a atraer superdelegados indecisos o proclives a Hillary Rodham Clinton. Entre los republicanos, ni George W.Bush cree en la campaña sucia contra John McCaine.

25 febrero, 2008

Sondeos de USA Today y CNN/Reuters/Zogby indican que doce a quince superdelegados se volcaron por el senador de Illinois en cuanto va desde el 12 de febrero. Otro grupo abandonó a la senadora neoyorquina y se declara indeciso.

Los “superdelegados” son un truco partidario inventado en los años 80. Son gobernadores, legisladores y dirigentes demócratas que votan en convención (para el caso, 30 y 31 de agosto), pero no emergen de primarias, sino del propio aparato.

Su número, 795, puede ser decisivo si dura la escasa diferencia entre Obama y Rodham Clinton. La convención reúne 4.049 delegados y basta una mayoría simple (2.025) para imponer al candidato presidencial. A su vez , éste es libre de elegir compañero de fórmula aunque, en el caso republicano, todos esperan que McCaine elija a Rudolph Giuliani. De hecho, esta figura liberal de apellido italiano –como Nancy Pelosi- provoca en la ultraderecha fundamentalista (cristiana, judía) un rechazo visceral.

El pase de banda entre superdelegados genera rumores sobre presunto retiro de Hillary antes del martes 4, cuando se deciden 370 delegados en dos estados grandes (Ohio, Tejas) y dos chicos (Rhode island, Vermont). Pero no tienen mucho sentido. Si bien Obama reúne ya 1.365 delegados contra 1.265 de la senadora, ésta tiene 240 superdelegados contra 182 del senador. En totales proyectados, 1.547 de Obama y 1.505 de Hillary, un margen de 2,7/2,8%

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Sondeos de USA Today y CNN/Reuters/Zogby indican que doce a quince superdelegados se volcaron por el senador de Illinois en cuanto va desde el 12 de febrero. Otro grupo abandonó a la senadora neoyorquina y se declara indeciso.

Los “superdelegados” son un truco partidario inventado en los años 80. Son gobernadores, legisladores y dirigentes demócratas que votan en convención (para el caso, 30 y 31 de agosto), pero no emergen de primarias, sino del propio aparato.

Su número, 795, puede ser decisivo si dura la escasa diferencia entre Obama y Rodham Clinton. La convención reúne 4.049 delegados y basta una mayoría simple (2.025) para imponer al candidato presidencial. A su vez , éste es libre de elegir compañero de fórmula aunque, en el caso republicano, todos esperan que McCaine elija a Rudolph Giuliani. De hecho, esta figura liberal de apellido italiano –como Nancy Pelosi- provoca en la ultraderecha fundamentalista (cristiana, judía) un rechazo visceral.

El pase de banda entre superdelegados genera rumores sobre presunto retiro de Hillary antes del martes 4, cuando se deciden 370 delegados en dos estados grandes (Ohio, Tejas) y dos chicos (Rhode island, Vermont). Pero no tienen mucho sentido. Si bien Obama reúne ya 1.365 delegados contra 1.265 de la senadora, ésta tiene 240 superdelegados contra 182 del senador. En totales proyectados, 1.547 de Obama y 1.505 de Hillary, un margen de 2,7/2,8%

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