Una nueva mejora en la cotización de los bonos soberanos favoreció una baja de casi 20 puntos en la tasa de riesgo país, que cerró el año en torno de los 750 puntos básicos y, tras varios meses de progresivo crecimiento, ahora logró volver a ubicarse en convergencia con el índice EMI Global, que elabora el banco de inversión J. P. Morgan para medir el desempeño de los papeles de deuda emitidos por los países emergentes.
Ese valor, si bien es unos 200 puntos superior al que se registraba el 31 de diciembre de 1999 (estaba en 533 puntos, según datos del Banco Central), es 350 puntos inferior a los valores máximos que tocara el sensible indicador durante el mes de noviembre próximo pasado, cuando la desconfianza de los inversores elevó esa tasa largamente por encima de los 1.070 puntos y apresuró el anuncio de medidas como el blindaje financiero.
Ayer (jueves 28), el mejor recorrido lo tuvieron los bonos emitidos a largo plazo y que representan riesgo argentino puro (no tienen garantía colateral como los Brady), que lograron mejoras de hasta 1% (el Global 2027).
“Los títulos públicos siguen mejorando. Posiblemente, esta tendencia alcista se refleje en las acciones bancarias la semana próxima”, vaticinó Guido Tavelli, vicepresidente de la Sociedad de Bolsa del mismo nombre.
La mejor perspectiva de la deuda argentina coincide con una progresiva baja en el riesgo de los países emergentes y está alentada, entre otras cosas, por las expectativas generadas en torno de un próximo recorte a las tasas de interés en los Estados Unidos.
En el caso local, la baja en las última semanas fue superior a la registrada en el promedio de los emergentes gracias al efecto blindaje.
Una nueva mejora en la cotización de los bonos soberanos favoreció una baja de casi 20 puntos en la tasa de riesgo país, que cerró el año en torno de los 750 puntos básicos y, tras varios meses de progresivo crecimiento, ahora logró volver a ubicarse en convergencia con el índice EMI Global, que elabora el banco de inversión J. P. Morgan para medir el desempeño de los papeles de deuda emitidos por los países emergentes.
Ese valor, si bien es unos 200 puntos superior al que se registraba el 31 de diciembre de 1999 (estaba en 533 puntos, según datos del Banco Central), es 350 puntos inferior a los valores máximos que tocara el sensible indicador durante el mes de noviembre próximo pasado, cuando la desconfianza de los inversores elevó esa tasa largamente por encima de los 1.070 puntos y apresuró el anuncio de medidas como el blindaje financiero.
Ayer (jueves 28), el mejor recorrido lo tuvieron los bonos emitidos a largo plazo y que representan riesgo argentino puro (no tienen garantía colateral como los Brady), que lograron mejoras de hasta 1% (el Global 2027).
“Los títulos públicos siguen mejorando. Posiblemente, esta tendencia alcista se refleje en las acciones bancarias la semana próxima”, vaticinó Guido Tavelli, vicepresidente de la Sociedad de Bolsa del mismo nombre.
La mejor perspectiva de la deuda argentina coincide con una progresiva baja en el riesgo de los países emergentes y está alentada, entre otras cosas, por las expectativas generadas en torno de un próximo recorte a las tasas de interés en los Estados Unidos.
En el caso local, la baja en las última semanas fue superior a la registrada en el promedio de los emergentes gracias al efecto blindaje.