El gobierno se vio favorecido por la recuperación económica y la utilización récord del fondo de riqueza soberana. Será la primera administración de derecha que gobierne dos términos completos continuados después de superar la peor crisis económica en dos décadas después de la caída de los precios del petróleo en 2014-15.
Con 95% de las mesas computadas, la coalición de centro-derecha se apresta a ganar 89 bancas frente a las 80 que van para la centro-izquierda. Los resultados son un desastre para el partido laborista de centro-izquierda, el tradicional grupo de poder en Noruega, que se apresta a ser el gran perdedor con respecto a los resultados de 2013.
El resultado final marca un éxito notable del gobierno, el más derechista en la historia noruega. También es un éxito para el partido populista Progreso, que mantuvo su masa de votantes. El Partido Verde y los com7unistas del Partido Rojo sacaron ambos menos del umbral de 4% necesario para conseguir más representantes en el Parlamento.